Santoral del 30 de marzo: San Julio Álvarez, mártir de la evangelización en México

El Salmo en el Antiguo Testamento recuerda “sed fuertes y valientes de corazón los que esperáis en el Señor”. Y es que seguir a Dios significa vivir en esa fortaleza donde el miedo, la aflicción, la angustia, no nos aparten de Dios pues en todo ello vencemos fácilmente por el propio Señor que nos ama. Hoy la Iglesia nos presenta al sacerdote mexicano Julio Álvarez Mendoza, uno de esos rostros carismáticos capaces de llevar la fe donde quiera que fuese. 

Nacido en el distrito de Guadalajara en 1866 se caracterizó siempre por su bondad y su cercanía a todas las personas. Eso fue como su substrato en el camino hacia su santificación. Sintiendo la vocación al sacerdocio, le costean estudios por ser de familia muy pobre. Porque la idea es que ninguna persona se quede sin ser sacerdote o religioso por falta de recursos económicos. Y esto le pasó a Julio. 

El santoral de este lunes 30 de marzo 

Una vez ordenado sacerdote, muestra de manera más plena su atención especial a los necesitados y los pobres. Al estallar la persecución contra la Fe él sigue administrando los Sacramentos. Su idea es servir al Evangelio fielmente por encima de todo. Sin embargo un día es descubierto cuando iba a celebrar Misa en una comunidad. 

Ya le habían advertido del peligro que corría pero Julio no se echó atrás y siguió predicando en público. Otra idea que él tenía clara es aquello que recuierda el Señor en la Escritura de que cuando os arresten no os preocupéis de qué vais a decir o hacer porque el Espíritu os lo sugerirá. Arrestado sufre muchos suplicios, ya que las autoridades se ensañaban duramente con los cristianos, y él no iba ser menos que su Maestro. San Julio Álvarez Mendoza muere mártir.