El santoral del 20 de junio: El Inmaculado Corazón de María, el dulce amor de la Madre a sus hijos

En el santoral de hoy, sábado 20 de junio, celebramos el Inmaculado Corazón de María

Jesús Luis Sacristán García

Tiempo de lectura: 2’

Tal es la unión de Dios con su Madre que no se puede entender el amor de Cristo sin el de María. De esta forma la asociación de ambos hace que se vivan sucesivamente dos días seguidos. Al día siguiente del Sagrado Corazón de Jesús -que era ayer- y coincidendo con el sábado, día de la semana con especial dedicación a la Virgen, hoy la Iglesia celebra el Inmaculado Corazón de María.

Tanto el Corazón de Jesús como el de su Madre son los dos modelos en nuestra vida para alcanzar la Salvación. Ella fue la que llevó en sus purísimas entrañas al Fruto Bendito de su vientre y le formó meditando todas las cosas en su corazón. El origen de esta Devoción fue iniciada por San Bernardino de Siena y San Juan de Ávila. También estuvo propagada en el siglo XVII por el santo francés Juan Eudes, quien forja las escuelas de espiritualidad de los Sagrados Corazones de Jesús y María.

El santoral de hoy, sábado 20 de junio

En el siglo XIX el Padre Claret funda los Misioneros del Inmaculado Corazón de María, dada su devoción a la Reina de los Cielos. Ya en el siglo XX la Virgen se aparece en Fátima a los tres pastorcillos y a Lucía cuando le dice que sus primas partirán pronto al Cielo, a ella le deja para que colmada de años sea una fiel testigo del Corazón de María que aboga ante Dios y derrama sus gracias innumerable sobre nosotros prometiendo asistencia especial a quienes se encomienden a su Inmaculado Corazón.

Pío XII en plena Segunda Guerra Mundial hizo el acto de consagración al Inmaculado Corazón de María como la Virgen le pidió a Sor Lucía. También San Juan Pablo II hizo con los obispos en Roma en el Jubileo de los obispos el año 2000 la consagración del mundo al Corazón de María. Previamente en 1984 Año Santo de la Redención se había consagrado también al Inmaculado Corazón de María.

Religión