Santoral

Lunes de la Octava Pascual

El hilo conductor de estos días nos lleva hasta las mujeres que se van corriendo llenas de estupor con una mezcla de alegría porque el Ángel les ha comunicado que Cristo Vive

No hay mayor alegría que dar la vida por los amigos. Esa es la satisfacción que resume la razón de ser del Evangelio de la Vida. Nos encontramos en pleno Tiempo de Pascua, Lunes de la Octava y Segundo día de esta época gloriosa del Año Litúrgico. El hilo conductor de estos días nos lleva hasta las mujeres que se van corriendo llenas de estupor con una mezcla de alegría porque el Ángel les ha comunicado que Cristo Vive.

En su camino se encuentran con el propio Resucitado que les confirma y conforta con la Buena Noticia que acababan de oír para que no les quedase ningua duda de lo que había escuchado. En esta Aparición, el Maestro les manda que vayan a ver a los discípulos y que les emplacen en Galilea donde Él ya va por delante de ellos. De esta forma levan a toda prisa lo que han visto y oído y marchan contentas.

No así en el Sanedrín que se encuentran inquietos ante las últimas noticias. Y es que los soldados que vigilaban noche y día la losa, corrieron a contar a los Sumos Sacerdotes y fariseos el suceso del terremoto y lo que habían presenciado las mujeres a lo que ellos daban fe de que sucedió de esa manera. Esto hace que los fariseos se asusten también y celebren un Consejo urgente en el que sacan la conclusión de que es necesario sobornar a esos guardias para que difundan el bulo de que mientras ellos dormían sus discípulos robaron el cadáver.

De esta forma se comprometieron a que si la cosa llegaba a oídos de Poncio Pilato, ellos le convencerían 'para evitarles problemas, un rumor que se había extendido entre los judíos hasta mucho tiempo después. Unido a este Misterio Sublime de la Resurrección, el Santoral conmemora a San Perfecto de Córdoba, quien fue fiel a Dios hasta el martirio para resucitar a la Vida en Cristo a lo largo del año 850.


dd/mm