SANTORAL 28 JULIO

El Santo sacerdote mártir cuyo carisma fue enseñar al que no sabe

San Pedro Poveda, nació en Linares, fundó las teresians y murió en la persecución religiosa del siglo XX.

Jesús Luis Sacristán García

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Un hombre de Dios ha llegado a la Santidad por unir la Fe y la vida y por vivir intensamente ese dicho evangélico de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Estos hombres se encuentran por encima de las cosas mundanas y de los parámetros meramente humanos. Cualquier cosa que les ocurre en su vida la asumen desde la Providencia como un camino de perfección que nada tiene que ver con ninguna ideología política.

Hoy, Domingo XVII del Tiempo Ordinario, celebramos a San Pedro Poveda. Nacido en Linares (Jaén) en 1874, fue ordenado sacerdote en Guadix a la edad de 23 años. Dentro de esta misma ciudad comenzará su apostolado, centrado en la tarea de difundir el Evangelio a través del ámbito educativo a las zonas marginales, situadas en las cuevas que bordean la ciudad.

En plena juventud, marcha a Covadonga, donde se ejercitará en la oración, algo que compaginará con el análisis de la realidad que afecta a su tiempo. Ante los retos y dificultades planteados a comienzos del nuevo siglo, su apuesta por aunar esfuerzos es una constante, mostrando caminos para lograrlo. En 1911 funda la Institución Teresiana, como fruto de su reflexión en bien de llevar el Evangelio de Cristo a todos los hombres. 

Por este motivo, impulsa diversos grupos de educadores cristianos que sean fermento en la sociedad. Impactado por la vida de Santa Teresa de Jesús, él quiere dar la impronta de la Santa Abulense en su fundación. Eso sí, viviendo como laicos entregados en una humanidad que necesita la Buena Semilla. Muere mártir en 1936, dando testimonio con su martirio al declarar “Soy sacerdote de Cristo”. Beatificado en 1993 por Juan Pablo II, este mismo Papa le canonizó durante su última visita a España en el año 2004.

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