SANTORAL 20 JULIO

El Santo profeta que predicó la conversión, fue perseguido y subió al Cielo en un carro de fuego

San Elías fue el prólog del carmelo y vivó con israel una etapa muy dura.

Jesús Luis Sacristán García

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Recuerda un refrán que Dios deja sus más aguerridas batallas a su mejores generales. Parece como si cada vez que llega una época de mayor declive de la Fe, la Providencia reconduce la situación con heraldos que saben remar contracorriente y no temen a nada. Hoy, celebramos a San Elías y es el prototipo de esos altavoces divinos que saben que no pueden flojear y si tienen alguna vacilación acogerse rápidamente a Dios. 

Es el Antiguo Testamento el que nos describe cómo este Profeta de Dios ha de encararse con el pueblo que, tras prometer en el Sinaí fidelidad a Yavé, rompe con la Alianza sellada, al seguir a los baales que habían implantado los reyes Acab y Jezabel, eliminando a todos los sacerdotes de los falsos dioses. Después de esto huye, perseguido por la reina, caminando hasta el Horeb. Su queja cuando el Señor se le aparece en el viento suave es: “Ardo en celo por el Dios de Israel. Sólo quedo yo, y me buscan para matarme”. 

En Sarepta se alojará en casa de una pobre viuda a la que le pide comida. Cuando la mujer se lamenta de no tener más que un poco de harina con la que amasarán para ella y su hijo, y después morirán, el hombre de Dios consigue el milagro del Cielo de multiplicarle lo poco que poseía. También se le considera el preámbulo del Carmelo al divisar la nubecilla que subía de la tierra al Cielo, prefigurando así a la Virgen del Carmen. 

Por orden del Señor unge profeta sucesor suyo a Eliseo, y mientras van de camino hablando, un Carro de Fuego se sitúa en medio, arrebatando a Elías al Cielo. Su presencia se hará patente en la Transfiguración del Señor conversando junto con Moisés de la Muerte que el Salvador iba a consumar en Jerusalén.

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