SANTORAL 7 JULIO

El Santo obispo mártir cuya Fe está muy arraigada en el fervor popular

San Fermín es un Santo cuya vida transcurrió entre las Galias e Hispania

Jesús Luis Sacristán García

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La tierra de España, tierra de Santos, honra a sus Patronos con fiestas donde el fervor y las tradiciones se entremezclan en un sustrato de cultura cristiana. Es la gratitud del pueblo fiel para con su protector que en vida ha nacido vivido o pasado algún tiempo en esas tierras y ahora es un seguro intercesor desde el Cielo. Es lo que pasa con el fervor que se combina de manera perfecta con el sentir de los creyentes cada 7 de julio celebrando Pamplona a San Fermín, en este domingo XIV del Tiempo Ordinario. 

Entre los datos que hay sobre su vida, destaca el nacimiento en un ambiente pagano donde cobra especial relevancia el culto a los dioses cosmológicos, como son el sol, la luna y los diversos elementos de la naturaleza. Precisamente se hacían ofrendas en las encrucijadas de los árboles. Hijo de familia romana, su padre, Firmo, era un alto funcionario administrativo, mientras su madre, Eugenia, era una matrona de ascendencia ilustre.

Casualmente conocen al sacerdote Honorato que les instruye en la Fe desde la más absoluta sencillez, y que había sido enviado por el Obispo Saturnino desde Las Galias. El propio Prelado irá con el tiempo a bautizar en Navarra a todos los que abrazaban el cristianismo. Posteriormente Fermín será ordenados sacerdote y, más tarde, Obispo de Pamplona.

Allí será un celoso pastor de las almas, usando todos los instrumentos que tenía a mano en bien de la difusión del Evangelio. Además de estas tierras, predicó en Anjou, Normandía, o Agen. Durante su recorrido, sería detenido en Beauvais, muriendo decapitado en Amiens. Y sería un neo-converso llamado Faustiniano quien recogería su cadáver, sepultándolo en la Iglesia que el propio Fermín mandó edificar. Sus reliquias reposan entre Pamplona y Amiens.

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