SANTORAL 25 AGOSTO

El Santo educador que fue signo de contradicción

El Español San José de Calsanz fundó las Escuelas Pías de la que fue su General.

Jesús Luis Sacristán García

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Cuando San Juan en su Evangelio recuerda del Verbo hecho carne que vino a su casa y los suyos no le recibieron, es como el avance de lo que se puede encontrar cualquier fiel servidor del Evangelio cuando lleva a cabo un apostolado con frutos. Esto le sucede a San José de Calasanz que celebramos en este último domingo del mes y XXI del Tiempo Ordinario.

Nacido en Peralta de la Sal en torno al año 1557, su madre le educa en la más tierna devoción a la Virgen y el odio al pecado. Tras cursar los estudios de Filosofía y Teología entre Lérida y Valencia, huye de algunas situaciones que le hacen peligrar su vocación, ordenándose sacerdote en Barbastro. Pronto marcha a Barcelona donde se Doctora en Teología, trasladándose poco tiempo después a Roma. Pío V saca a la luz el catecismo según las directrices de Trento y José se convierte en un entusiasta propagador de la Fe, sobre todo, con los niños necesitados. 

Así surgen las Escuelas Pías, cuyos primeros seguidores funcionan sin ninguna normativa fuera de la autoridad moral del Fundador, hasta que el Papa Pablo V haga de ella una Congregación de votos simples, y Gregorio XV la convierte en Orden, nombrando al propio iniciador como General. Todo el Continente Europeo vio cómo los Escolapios se extendían, con especial incidencia en Italia, España y Austria.

Después de esto inicios, surgieron dificultades con uno de los miembros de la nueva Orden, hasta el punto de quedar relegado como General el propio Fundador que volvería a ser restablecido con grandes contratiempos hasta el momento de su muerte ocurrida en el año 1648. A pesar de las dificultades, éstas sirven para fortalecer el proyecto de Dios en la obra de San José de Calasanz.

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