Santa María, Reina de los Apóstoles: La Señora que alienta en la Espera del Espíritu Santo

Jesús Luis Sacristán García

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En todos los lugares la religiosidad popular ha vivido ese momento de gran tradición de lo que se llama Procesión del Encuentro. Esto tiene lugar el Domingo de Resurrección donde la Virgen se encuentra con el Hijo Resucitado y se le cambia el manto negro por el blanco de gozo y de gloria. Con ello se quiere evocar que sin duda el Señor Resucitado se apareció primero a su Madre para darle la gran alegría.

La Sagrada Escritura no nos da datos de ello, pero sí nos presenta a la Virgen en los primeros momentos de la vida de los Apóstoles tras la Resurrección y la Ascensión del Señor. Por eso hoy contamos con todos los elementos para la celebración porque la Iglesia conmemora a Santa María, Reina de los Apóstoles. Los elementos son que nos encontramos en sábado día dedicado a la Virgen y víspera de Pentecostés, jornada en la que el Espíritu Santo desciende sobre los Apóstoles. 

Los Hechos de los Apóstoles en los momentos previos a la Venida del Espíritu Santo recuerdan que los Once estaban reunidos y perseverantes en la oración en unión con María la Madre de Jesús. Ella ha tomado en serio su papel de Madre de todos, tal y como le encargó Cristo en la Cruz cuando mirando a Juan le dice a Ella “Mujer ahí tienes a tu hijo”, y a Juan “ahí tienes a tu Madre”. 

El Beato Santiago Alberione encomendó a la Reina del Cielo su carisma con la petición de que le protegiese en su obra de defensa del apostolado en la comunicación. Para ello se acogió a esta singular Advocación Mariana. La forma de presentar el Título de Reina de los Apóstoles presenta a la Virgen como Madre de la Iglesia Naciente y de los creyentes. Una Advocación recogida también en la Letanía duante el rezo del Santo Rosario.

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