SANTO 28 NOVIEMBRE

Santa Catalina Labouré: La Santa que difundió la medalla Milagrosa

Hoy recordamos a Santa Catalina Labouré, que abrazó el carisma de San Vicente de Paúl.

Jesús Luis Sacristán García

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La Iglesia siempre usa de pedagogía en sus enseñanzas sobre los Santos. Muchas veces en dos jornadas seguidas se conmemoran dos almas unidas por la Santidad. Unas ocasiones son familia y otras no. En algunas ocasiones son familia de sangre humana y otras el parentesco es místico y sobrenatural. Hoy es un caso de esos porque si ayer celebrábamos a La Virgen de la Medalla Milagrosa, en este 28 de noviembre recordamos a Santa Catalina Labouré, Religiosa a la que se apareció la Virgen, para comunicarle esta Advocación Mariana. 

Nacida en Fain- les- Moutiers (Francia), fue la séptima de los nueve hermanos que sobrevivieron a los diecisiete hijos que tuvieron sus padres. Pronto morirá su madre, con los que se hace cargo de las tareas de la casa con su hermana Tonina. Es la fortaleza de la mujer hacendosa cuya alabanza canta la Sagrada Escritura en el Antiguo Testamento.

La situación familiar parecía ser su lugar de santificación, pero el Señor le tenía reservada el camino de la vida religiosa. Para llegar hasta ella, tuvo que vencer grandes dificultades, como ser criada al servicio de dos hermanos mayores. Al final ingresa en las Hijas de la Caridad, fundadas por San Vicente de Paúl, donde resplandecerá por una fidelidad al carisma de la Congregación. 

La oración ante el Sagrario, le impulsa a visitar asilos, hospitales y orfanatos donde atenderá a los necesitados, viendo en ellos a Cristo. Todos contemplan en ella una fiel testigos del carisma de la caridad que seguía. Estaba a su hechura. La última etapa de su vida la pasó haciendo trabajos que le dejaron en el más absoluto anonimato. Muere el 31 de diciembre de 1876 y Pío XII le canoniza en el siglo XX.

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