Santoral

El Santo de hoy: San Sabas, anacoreta de Oriente

La Espera dichosa del Señor que viene a nuestras vidas requiere un momento de mayor contemplación. Hoy hacemos memoria de San Sabas, un gran contemplativo de la Vida del Señor desde su Nacimiento hasta su Ascensión. Mutalasca, en Capadocia, vería nacer a este anacoreta el año 439. Dadas las empresas militares del padre en Alejandría, serán sus tíos los que le cuiden. Sin embargo el primer familiar con el que va, le trata mal.

Por ello huye a casa de otro que le cuida pero reclama sus derechos de herencia. Comprobado el afán de bienes materiales de los hombres, incluso en su entorno familiar, opta por seguir la vida eremítica. Todos se admiran de su santidad porque se pasa largos ratos en oración contemplativa con Dios y trabaja a brazo partido, consiguiendo comida especialmente para aquellos anacoretas que no tenían lo imprescindible para comer cada día. Tras un periodo de preparación, ingresa en los monjes de San Flaviano.

Posteriormente le dan permiso para visitar los Santos Lugares, pasando por diversos monasterios. De esta manera, se establecerá en la Tierra que vio a Cristo. Pronto llega a Teoctisto, lugar de gran austeridad. Sin embargo, con el paso del tiempo la relajación se apodera del convento, por lo que marcha al Jordán, donde recibe las gracias necesarias para combatir al maligno que le intenta apartar del camino de la soledad.

La fama de santidad de Sabas, guía hasta él a multitud de personas. El Patriarca de Jerusalén le nombra exarca de todos los monjes y anacoretas del desierto. En una entrevista con Justiniano, pide al Emperador un compromiso serio con la Iglesia. San Sabas muere el año 531. Es el Patrón y Protector de los Monjes en Oriente de la misma forma que San Benito de nursia es Patrón de los cenobios de Occidente.


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