Santoral

San Juan Crisóstomo

Clérigo cristiano eminente, patriarca de Constantinopla, considerado por la Iglesia católica uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia del Oriente

La catequesis y la formación han sido la constante de muchos Santos de los primeros tiempos de la Comunidad Eclesial. Han sido Padres de la Iglesia y Escritores Eclesiásticos. Hoy recordamos a San Juan Crisóstomo. Antioquía vio nacer el año 349 a este Obispo y Doctor de la Iglesia. Poco después de nacer pierde a su padre y su madre asume la tarea formativa, enviándole a estudiar en las mejores escuelas de la zona antioquena.

Precisamente esa esmerada educación, le ayuda a profundizar en la Fe, descubriendo pronto su camino por las sendas de la vida monástica. Así se familiariza con la experimentación de la Fe que inteerioriza y que luego va a exponer desde el talento que Dios le ha ofrecido. Ordenado Sacerdote, se extendió rápidamente su fama de gran predicador. Como María, meditaba todas las cosas guardándolas en su corazón

No en vano le llamaron Crisóstomo, término griego que significa “boca de oro”, porque explicaba con claridad los Misterios de Dios, de tal forma que llegaban al corazón y a la mente de todos. Además poseía un gran conocimiento de la cultura clásica. El año 397 la Providencia Divina se fijó en él para que fuese Patriarca de Constantinopla. Su celo apostólico le llevó a cuidar de forma especial la vida espiritual de los fieles.

Tuvo un comportamiento ejemplar, siendo un verdadero testigo de la Fe. Así experimentó lo que dice el Evangelio sobre ser signo de contradicción, sufriendo el destierro dos veces. Ya señala el Señor en el Evangelio que “Si el mundo os odia sabed que me han odiado antes a Mí”. Es el momento de decir la Verdad conociéndola para ser libres y decirla así a los magnates que se habían envuelto en el poder olvidando todo aquello que les llevaba a Dios. San Juan Crisóstomo muere en el año 407.


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