SANTORAL 21 JUNIO

El hombre que renunció a ser príncipe para cuidar de los enfermos

San Luis Gonzaga renunció a su título nobiliario para abrazar la vida consagrada. Es patrón de los jóvenes y co-patron de las JMJ

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“Mil años en tu presencia son un ayer que pasó, una vela nocturna”. Son palabras del salmista casi en alusión a lo que señaló Santa Teresa de Jesús cuando llamó esta vida “una mala noche en una mala posada”. Muchos Santos han llegado al cúlmen del triunfo glorioso de forma prematura, o viviendo menos tiempo del que suponían. Así le sucede a San Luis Gonzaga que celebramos hoy. 

Nacido en Lombardía, cerca de Mantua (Italia), en 1568, es hijo de los marqueses de Castiglione. Ya de niño mostraba una curiosidad por conocer los entramados del mundo militar, acompañando a su padre en alguna de sus visitas a los soldados. Pero, por encima de todo, su madre se preocupó de instruirle en la Fe, algo que caló hondamente en el hijo. Y es que, a los siete años, profesaba una profunda devoción a la Virgen.

En plena adolescencia y después de haber aumentado su experiencia de vida cristiana, recibe la Primera Comunión de San Carlos Borromeo. Las súplicas de la madre al Señor pidiéndole que uno de sus hijos fuese llamada a una vocación consagrada fue escuchada en el propio Luis. Cuando iba a ser designado príncipe dado su carácter primogénito, renunció a este derecho a favor de su hermano. Una vez liberado de cualquier atadura humana, ingresó en la Compañía de Jesús, entregándose cada vez más al plan divino de la Providencia sobre él.

Así se dedicó a cuidar a los enfermos en los hospitales. Intuyendo que Dios le marcaba poco tiempo en este mundo, se entregó más a Él, hasta que fue contagiado de una fuerte epidemia que asoló Roma, marchando a las moradas eternas en 1591. En el cúlmen de la humildad cuando alguien le llamaba señor por su condición nobiliaria, recordaba las palabras de Cristo “uno sólo es vuestro Padre: el del Cielo”. Es Patrono de los jóvenes y Co-Patrón de las JMJ.

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