SANTO 25 ENERO

La Conversión de San Pablo: de perseguidor a Apóstol de los Gentiles

Hoy recordamos el momento de la Conversión del Apóstol San Pablo, tras una vida de celoso judaísmo.

Jesús Luis Sacristán García

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Para Dios ciertamente nada hay imposible y los caminos más tortuosos se pueden enderezar. Existen Santos de la talla de San Agustín, Santa María Magdalena o San Mateo que tuvieron su particular noche oscura hasta llegar al encuentro con el Cristo Vivo que les esperaba desde siempre como a todos. Y ellos respondieron a esa llamada. Hoy último día del octavario por la Unidad de los Cristianos, celebramos la Conversión de San Pablo, que respondió a esa llamada. 

En los Hechos de los Apóstoles, aparece Saulo, custodiando las ropas de los que se pusieron a lapidar al Diácono San Esteban y aprobando su muerte. Durante la violenta persecución a la Iglesia, este judío celoso de la ley mosaica, estaba dispuesto a perseguir a cuantos siguiesen al Hombre de Nazareth. 

Pero un día, cuando marchaba por el camino hacia Damasco, con una gran lista de cristianos a los que detener, se encuentra con el Señor Jesús, como él mismo alegará ante el Sanedrín, preguntándole: “Saulo, Saulo ¿Por qué me persigues?”. Al preguntarle Pablo quién eres, le contestará: “Yo soy Jesús Nazareno a quien tú persigues”. Desde ese momento, siguiendo la recomendación del Señor, se hace bautizar por un sacerdote anciano llamado Ananías, que le incorpora para la causa del Reino de los Cielos.

Pero durante tres días estuvo sin comer ni beber, para acercarse después a los discípulos. Él mismo recalcará cómo vio solamente a Santiago, el pariente del Señor, al tiempo que dirá que no es digno de llamarse Apóstol porque persiguió a la Iglesia de Dios. Una vez más, la Providencia escribe recta con renglones torcidos, cambiando a Saulo perseguidor por Pablo, Apóstol de los gentiles.

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