Santoral

Beato Francisco Palau

Fue predicador de misiones populares y extendió la devoción de la Virgen María

Cada persona cuenta con una tarea y misión dada por Dios desde la Providencia amorosa para bien de esa alma y de cuantos le rodean. Hoy, III Domingo de Cuaresma, conmemoramos al Beato Francisco Palau y Quer. Oriundo de España, nace en Aitona (Lérida) el año 1835. En su haber cuenta con una sobrina canonizada como es Santa Teresa de Jesús Jornet, Fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Este coetáneo de San Antonio María Claret, ingresa en el Seminario ilerdense donde cursará la formacioón y los estudios de Filosofía y Teología. A los cuatro años siente en su corazón la impronta de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús por lo que viste el hábito carmelitano, haciendo su profesión Solemne en Barcelona. No eran tiempos fáciles en medio de la revuelta en España con la dominación de Napoleón.

Estos acontecimientos afectan de lleno al Beato que debe salir del Convento cuando es arrasado e incendiado. Ordenado sacerdote, se entrega de lleno al apostolado y la oración. Su próximo destino, siguiendo los designios del Señor, le marcan Francia donde sufrirá destierro y exilio. Pero cuando vuelve a España le confinan injustamente en Ibiza. Allí funda las Hermanas y Hermanos Carmelitas Terciarios de la Virgen del Carmen.

Tras este periodo, la Reina Isabel II tiene noticias de su trayectoria y ordena su inmediata vuelta a la Península, donde regresa fortalecido para hacer frente a cualquier tipo de difiultad. También practica exorcismos, hablando de este asunto en el Concilio Vaticano I, al que asistirá. Predicador de misiones populares con grandes frutos, el Beato Padre Palau muere en Tarragona el año 1872. También tiene parte en la fundación de las Hermanitas de los Ancianos Desamaparados, ya que él inspira a su sobrina el carisma. San Juan Pablo II le beatifica en 1988.


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