
Madrid - Publicado el
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Dios se sirve de muchas situaciones para que la Verdad salga a la luz del día. Hoy celebramos a Santa Elena. Gracias a ella se puso de relieve la Cruz del Señor, con el consiguiente culto al Árbol Salvador. Su nacimiento se sitúa hacia el año 250 en Daprasano (Nicomedia).
Sus padres eran de oficio muy humilde y paganos. Seguramente eran porteros de algún lugar relevante. Pero a ellos no les tocaba nada. Casi ni las migajas. La hija desde pequeña sentía horror por las historias que contaban los milicianos romanos -y las veía con sus propios ojos- acerca de las matanzas a los cristianos. Un día contrae matrimonio con el militar Constancio Cloro.
Fruto de este matrimonio nace Constantino que un día será el Emperador que promulgue el Edicto de Milán en el año 313 y con el que se protegía al libertad de culto religioso. El esposo la rechaza para desposarse con alguien de más categoría.
Por su parte, Elena se hace cargo de Constantino. Un día decide descubrir la Cruz del Señor y marcha a Tierra Santa. Cuando ordena excavar, aparecen las tres cruces y es preciso saber cuál es la de Jesús. Entonces coloca a tres enfermos, una en cada madero. La señal será la mujer enferma que sana advierte que esa es la Cruz del Nazareno.
Una vez hallada, hicieron tres partes que fueron a Constantinopla, Jerusalén y Roma. Después de morir, los restos de Santa Elena se llevaron a Roma donde reposan actualmente. Además de esto, su vida estuvo siempre llena de miles de obras de misericordia hacia los más necesitados a los que siempre socorrió.





