
Madrid - Publicado el
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Hoy nos acercamos hasta una mujer que muere joven por el Reino de Dios después de descubrir que la Verdad es Cristo: Santa Catalina de Alejandría. Su vida se centra en torno al siglo IV. De origen noble, destaca por su extremada belleza y por su gran amor a la sabiduría.
Profundiza en la Filosofía y descubre que muchas de las ideas que ha aprendido son erróneas. Entonces se esfuerza por busca la verdad. Con el tiempo conoce a los cristianos y siente curiosidad por ellos. Esa curiosidad se transforma en conocerlos a fondo. Un día surge un hecho que le dará el empujón para convertirse.
En un sueño ve a una Mujer muy hermosa con un Niño. Ella le sonríe, pero el pequeño no le mira. Entonces la Mujer le dice que ese gesto de su Hijo es porque no está bautizada. Entonces abraza la fe plenamente y se convierte en fiel discípula.
No corren buenos tiempos por entonces, porque gobierna el Emperador Maximino Daia. Su vida deja que desear porque e un verdadero escándalo para todos. Catalina se deja llevar por el Espíritu y le recrimina al Prefecto su conducta. Él la manda apresar y una vez en sus manos le sienta con un grupo de filósofos partidarios de él para que le cambien.
Catalina entonces da sus argumentos y les hace abjurar de sus errores, convirtiéndose a Dios. El Gobernante le promete pompas humanas que rechaza. Entonces manda que le lleven a una rueda con cuchillos, pero éstos se rompen y sale ilesa. Finalmente es decapitada. Santa Catalina de Alejandría está enterrada en el Monte Sinaí y es Patrona de los filósofos.





