SANTORAL

San Ignacio de Loyola

Comentado por Jesús Luis Sacristán

San Ignacio de Loyola
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Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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En cada momentos de dificultada Dios suscita a hombres y mujeres que sujeten con fuerza el Timón de la Iglesia. Hoy celebramos a San Ignacio de Loyola, uno de esos Santos que supieron dar fortaleza a la Nave de Pedro con su apostolado. Nacido en Azpeitia (Loyola) -San Sebastián-, en el año 1491, al morir su madre, le cría una nodriza. 

El padre es un hombre muy fervoroso, pero de momento, no le cuadra a Íñigo seguir la realidad sobrenatural, a pesar de las indicaciones del padre. Metido a caballero y militar, un día será herido en la rodilla, lo que le hace reflexionar sobre el interior del hombre. Su conversión es total. Cuando sale de Loyola hacia Jerusalén, pasa un tiempo en Montserrat donde se consagra a la Virgen. Posteriormente se alojará en las Cuevas de Manresa. Allí pone por escrito sus experiencias de Fe, en unos escritos reflexivos que invitan a la oración y al cambio. Son los Ejercicios Espirituales. Son tan completos que comienzan por la Creación y pecado para abordar todo el Misterio Salvador pasando por los Profetas para llegar a la Vida de Jesús, Dios que nos salva. 

A su vuelta, pasa por las universidades de Alcalá y Salamanca, doctorándose en Filosofía en París. Al poco tiempo marcha con un grupo de compañeros a ponerse a disposición del Papa en Roma. Es el inicio de la Compañía de Jesús. 

En los Jesuitas, el cuarto voto es la Obediencia directa al Papa. El motivo es que el fundador de la Compañía quiere contrarrestar la situación creada por Lutero. Además, añade en su tarea una puesta a punto en la Comunidad Eclesial según las directrices de Trento. San Ignacio de Loyola muere en el año 1556

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