
Madrid - Publicado el
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Entramos en el ecuador de julio. Y en esta segunda parte del mes nos encontramos con una festividad de gran raigambre en el Pueblo de Dios. Se trata de Nuestra Señora, La Virgen del Carmen. Los orígenes se remontan al Antiguo Testamento, en el Libro de los Reyes.
En ese Pasaje Elías sube al Carmelo a orar. En una de las ocasiones le pide a su criado que salga ver el horizonte. De momento no divisa nada. Sin embargo a la séptima vez descubre una nubecilla que sale del mar y se eleva a los Cielos. La tradición ha querido ver en este hecho a La Virgen del Carmen.
Desde ese momento algunos cristianos habitan el Monte y surge la Orden del Carmelo. El carisma busca orar y servir al Señor por intercesión de la Virgen. La devoción popular le puso el Título “Nuestra Señora del Carmen”. Pero uno de los grandes puntos de esta historia es la Aparición de la Virgen en el año 1251 al General Carmelita San Simón Stock.
El religioso inglés vio cómo la Señora del Cielo le entregó el Escapulario. Con esta prenda La Reina del Cielo le garantizó que quien lo llevase puesto debidamente, Ella le asistiría en la hora de la muerte.
Y dando un paso más, también aseguró que quien muriese y fuese al Purgatorio, el Escapulario sería garantía de que Ella le sacaría del lugar de purificación al sábado siguiente. Esta Devoción se ha extendido por todo el mundo, especialmente por la cultura hispana.
También los marineros y pescadores le invocan. Por eso La Virgen del Carmen es Patrona de las Gentes del Mar. El lema de este año, relacionado con el Jubileo, presenta a María Estrella del Mar como Guía y Esperanza nuestra.