Un profeta rechazado

Un profeta rechazado
Madrid - Publicado el - Actualizado
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"Te hagan caso o no te hagan caso?, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos". Con esas palabras Dios ofrece seguridad al profeta, aun advirtiéndole del rechazo que va a encontrar entre sus oyentes (Ez 2, 2-5). La misión recibida de Dios no ahorrará al enviado por Dios las dificultades que va a encontrar en el ejercicio de su misión.
El texto revela la atención que le merece a Dios la suerte de su pueblo. Dios no quiere que las gentes se pierdan. Enviar a un profeta significa que Dios quiere orientar a sus hijos para que alcancen la verdadera felicidad.
Si no tenemos un corazón endurecido, agradeceremos a Dios que nos ofrezca su palabra y nos guíe. "Nuestros ojos estàn en el Señor, esperando su misericordia" (Sal 122).
Por otra parte, la experiencia de las muchas dificultades y de las graves persecuciones que ha sufrido enseña a san Pablo a descubrir que en sus debilidades se muestra siempre la fuerza de Cristo (2 Cor 12, 7-10).
TRES FRASES PARA UNA SITUACIÓN
En el evangelio que hoy se proclama (Mc 6, 1-6), se recuerda que Jesús no fue acogido con simpatía en la aldea en la que se había criado. Las personas con las que había convivido no estaban dispuestas a recibirlo como un profeta. Hay tres frases que resumen la situación.
DEL DESALIENTO A LA ESPERANZA
En el texto evangélico se añaden otras dos observaciones importantes que deberíamos tener en cuenta al examinar nuestra propia misión de creyentes:
Señor Jesús, sabemos que nuestros prejuicios nos llevan a cerrarnos en nosotros mismos y a rechazar la voz de los profetas. Que la humildad nos ayude a aceptar la buena noticia de la salvación. Y a tratar de transmitirla con serena generosidad