Chafarinas y el litoral norte africano… ¿Parque binacional para la paz?
Las islas Chafarinas tienen un potencial ecológico, económico y estratégico para ser parte de un «Parque Binacional para la Paz» junto con parte del litoral marroquí.

Islas Chafarinas
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Apoyar la conservación de la naturaleza en África es hoy en día una herramienta de prevención de conflictos y garantía de los derechos humanos, pues una gran parte de los conflictos que pueden surgir en el arco mediterráneo y subsahariano pueden tener que ver con la gestión de los recursos naturales, especialmente con el agua, la energía y los minerales. Un parque binacional puede ser un proyecto piloto para comprender como prevenir conflictos. «Si vis pacem, para bellum» afirmaba el romano Vejecio. En el futuro sino es ya en el presente, esta frase requiere ser complementada con otra: «Si quieres la paz, protege la creación» de Benedicto XVI
La paz no es únicamente ausencia de guerra. La paz comienza por uno mismo cuando es capaz de comprenderse como parte de un misterio bello y fascinante que nos hermana a todos los seres humanos y nos permite sentirnos solidarios con el resto del planeta. La contemplación de la naturaleza, de su asombrosa belleza, y la fascinación ante los mecanismos cada vez mejor conocidos y aun así cada vez más misteriosos, hacen posible utilizarla también como un instrumento para lograr la paz o fortalecerla.
La naturaleza nunca pierde su misterio porque siempre nos reclama a algo más, a un misterio insondable pero lleno de belleza en el cual encontramos una correspondencia con lo que somos y anhelamos. El sentido del asombro que todo ser humano tiene al menos cuando nace es el mecanismo por el cual la contemplación de la naturaleza puede facilitar la solidaridad entre las personas haciéndonos sentir comúnmente participes de ese misterio bello. Los conflictos humanos, puestos en esta dimensión se empequeñecen y las diferencias se reducen ante esa fascinación común.
Un parque binacional para la paz puede definirse como un espacio natural protegido compartido por varios países cuyo objetivo es crear una armonía entre las personas y la naturaleza que permita un uso sostenible de los recursos para generar una prosperidad común. Existen numerosos ejemplos de parques para la paz en el mundo, entre Costa Rica y Nicaragua, Sudáfrica y Mozambique, Malawi y Zambia…En ellos participan tanto los gobiernos de los países involucrados como distintas agencias, ONGs y empresas. Todos pueden contribuir a fomentar la Paz.
Los tres objetivos de un parque binacional para la paz son promover la paz y estabilidad regional, conservar la biodiversidad y estimular la creación de puestos de trabajo basados en la conservación y gestión sostenible de la naturaleza. La gestión común de los recursos naturales implica la protección de dichos recursos, que a su vez genera oportunidades de trabajo para los habitantes de la zona y fortalece los lazos de buena vecindad.
Hace casi 150 años, las Islas Chafarinas pasaron a ser propiedad del gobierno español, tras haber sido utilizadas durante largo tiempo como apostadero por piratas. Poco a poco llegaron a tener una población de más de mil personas, de la que actualmente solo quedan algunas edificaciones abandonadas y otras tantas en ruinas y un destacamento militar. El archipiélago está situado a dos millas al norte del pueblo marroquí de Ras El Ma, y a veintisiete de la ciudad de Melilla, y constituye uno de los últimos reductos casi vírgenes del Mediterráneo. Está formado por tres islas de origen volcánico: la Isla del Congreso, la más grande y occidental, eleva su superficie hasta los 137 m, lo que la hace ser, además, la más elevada de las tres. Sus costas rocosas y escarpadas son en su mayoría impracticables, y la convierten en un refugio ideal para numerosas especies. En dichas islas vivió nuestro último ejemplar de la extinta, al menos en nuestro país, foca monje (Monachus monachus), Peluso. España además cuenta con otros pequeños emplazamientos en el Norte de África también ecológicamente valiosos.
Debido a su condición de aislamiento y su configuración rocosa, las Chafarinas son uno de los lugares preferidos por ciertas especies de aves (la pardela cenicienta, el águila pescadora o la gaviota de Audouin) consideradas hasta hace poco en peligro de extinción por lo que han sido declaradas como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de la Unión Europea. Respecto a la fauna y vegetación marina, su verdadero tesoro, las Islas Chafarinas albergan representantes de todos los grupos animales marinos, los cuales se ha mantenido a salvo gracias a la escasa presencia humana. Sus praderas de Posidonia y sus acantilados rocosos que descienden verticalmente desde los doce hasta los cincuenta metros con profundas grietas albergan multitud de especies. En los fondos fangosos pueden encontrarse colonias del apreciado coral mediterráneo Dendrophylia ramea comúnmente llamado coral naranja. Esta creación del fondo de fango se atribuye a la proximidad del río marroquí Muluya, que aporta una gran cantidad de sedimentos a los fondos chafarinos, y permite la existencia de la gran gorgonia Elisella paraplexauroides, cuyas ramas erguidas llegan a alcanzar los dos metros de altura. Lamentablemente, la actual protección de las islas acaba en la misma orilla, de modo que la fauna marina queda desprotegida y a merced de la contaminación de los ríos próximos y de los pescadores marroquíes, quienes utilizan artes de pesca tan agresivas como los arrastres o la dinamita.
Tradicionalmente nuestra vecindad con Marruecos, el episodio de la isla de Perejil es uno más, no ha sido tan sencilla como la que hemos tenido con nuestros vecinos europeos. La creación de un Parque Binacional para la Paz a partir de estos maravillosos emplazamientos podría ser un punto de partida para construir nexos de Paz entre dos buenos vecinos.
¿Qué ventajas tendría una iniciativa como ésta? Los marroquíes podrían beneficiarse del flujo de turismo español que visita anualmente los parques nacionales españoles mediante la instalación de algún centro de recepción de visitantes en su territorio. Éste podría promover el turismo ecológico y ser motor de desarrollo rural en dichas zonas. Los españoles podrían garantizar una mejor conservación natural de este emplazamiento incluido en la Red Natura enmarcándolo dentro de un plan más amplio de protección del litoral norte-africano. La biodiversidad quedaría mejor protegida e incluso con el tiempo quizás alguna pareja de focas monje de las que eventualmente pasan por allí querría volverse a establecer en este paraíso marítimo. Las relaciones entre ambos países tendrían en común fomentar una prosperidad local que por separado es difícil de lograr; la estabilidad económica que el parque generaría, podría facilitar el común entendimiento abriendo un canal más para la comunicación al amparo de la solidaridad generada.
Personalmente lo que más me gustaría ver en la creación de un parque binacional hispano-marroquí para la protección de las islas y el litoral seria ver a niños españoles y marroquíes fascinados estudiando juntos su medio natural y trabajando juntos por conservarlo… quizás muchos de nuestros desentendimientos entonces se irían desvaneciendo.
Las islas Chafarinas junto con parte del litoral marroquí tienen un potencial ecológico, económico y estratégico para ser parte de un «Parque Binacional para la Paz». Potencial ecológico en la medida que puede contribuir a ser un hábitat en el que recuperar a nuestra extinta en España foca monje (Monachus monachus) que nunca debió perderse, uniendo las poblaciones que aún quedan en Grecia y Mauritania. Las Chafarinas fueron el último “santuario” en el que vivió nuestra foca. Un parque nacional nuevo sin duda enriquecería el patrimonio natural español, generaría el hábitat adecuado para que volviese nuestro mamífero marino y favorecería la economía local de ambos países a través del turismo ecológico en el litoral marroquí y en Melilla si se promocionan las visitas submarinas en ciertas partes de las aguas que rodean a las islas (sería conveniente que aun siendo parque binacional el turismo no entrara en las islas, sino que más bien pudiera disfrutar el mar que las rodea y tener un centro de interpretación en suelo marroquí). Para saber más sobre la situación actual de nuestro extinto pinípedo recomiendo visitar el portal del programa Foca Monje en el que participa nuestro país (http://www.mediterraneanmonkseal.org ).
El potencial estratégico se basa en que en la medida en la que nos dotemos de un nuevo parque nacional en España con la particularidad de ser de la modalidad binacional, se contribuiría a generar una riqueza común económica y ecológica entre Marruecos y España que nos permita cooperar más por mantener el mediterráneo.
Por último, un parque binacional para la paz es un proceso de aprendizaje entre dos países. Es un reto por el cual se asume que la conservación vale más que nuestras diferencias, que las fronteras son un obstáculo menor, y es un ejemplo al mundo de cómo juntos podemos custodiar mejor nuestro planeta que por separado. Y como en todo, habrá que profundizar y estudiar los pros y los contras. En el ámbito político hay que trabajar en la actitud de ambos países, las consecuencias que puede tener la declaración tanto en el ámbito de la defensa y la integridad territorial, las relaciones internacionales y el fomento de las buenas relaciones vecinales sin olvidar la inmigración. En el ámbito ecológico habrá que ver que aporta adicionalmente respecto a su actual declaración como ZEPA/LIC, como integrarla en la actual propuesta de protección del mar de Alborán, y cuanto en tiempo va a costar re-introducir la foca monje pues es difícil asegurar su supervivencia si no hay un acuerdo que impida la contaminación de los ríos marroquíes y su pesca marina con artes explosivas entre otras cuestiones … ¡Todo un reto de cooperación!
Este reto podría iniciarse estudiando la declaración de estos islotes como parque nacional marítimo terrestre (Chafarinas ya es refugio nacional) por su enrome riqueza subacuática (i), e impulsar el regreso al mediterráneo occidental de la foca monje extinta en España a finales del siglo pasado, y en una segunda etapa invitar a Marruecos a declarar las partes aledañas también como parque nacional con el mismo fin, creando finalmente lo que denomina Parque Binacional para la Paz (ii) de los cuales España aún no tiene ninguno, y de este modo centrar el foco de la atención de ambos países en la cooperación para la conservación en lugar de la disputa territorial... Dos no bailan un tango si uno no quiere. Marruecos tendría que poner también parte de su litoral mejor conservado bajo el amparo de este Parque, y quizá también la cercana Argelia. Mas que mío o tuyo, (en un parque binacional no se hacen concesiones territoriales), nos esforzamos en que vuelva a prosperar LA BIODIVERSIDAD CONJUNTAMENTE.. “
(i).- www.miteco.gob.es/eu/parques-nacionales-oapn/centros-fincas/chafarinas/medio-marino.html
(ii).- https://www.tbpa.net/docs/pdfs/TBPA_GUIDELINES_Spanish.pdf