«Falla, Lorca y el concurso de Cante Jondo de 1922»

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Con motivo del centenario de la celebración en Granada del Concurso de Cante Jondo de 1922, Jose Ramón Ripoll, escritor, musicógrafo y conferenciante ha señalado que «con este concurso se produce en Granada uno de los encuentros más milagrosos de toda la historia del flamenco y la cultura española de la primera mitad del siglo XX: el maestro gaditano Manuel de Falla y el joven granadino Federico García Lorca logran reunir en la Alhambra a una serie de artistas dispersos por las tierras andaluzas…para reunir la esencia de una expresión poético-sonora que, según los organizadores, estaba en peligro de extinción». Para conmemorar tal efeméride se ha llevado a cabo un acto en la Residencia de Estudiantes de Madrid, actoque se encuadra en la serie que dicha institución viene denominando ‘Historia Intelectual’.

Lamentablemente en la invitación al acto, no se dice ni una sola palabra de la religiosidad católica de los principales protagonistas en la organización del memorable ‘Concurso de Cante Jondo’ de 1922, realizado en plena Edad de Plata, etapa de la historia de la intelectualidad española contemporánea desarrollada en su práctica totalidad bajo la monarquía parlamentaria católica de Alfonso XIII, que fue cuando en la Residencia coincidieron Lorca, Dalí, Buñuel y tantos otros intelectuales de alto nivel.

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Digo esto porque resulta que Manuel de Falla fue un músico católico, apostólico y romano, practicante donde los pudiera haber, del que por cierto ya he hablado aquí con anterioridad . Señalé entonces cosas tales como que aterrado por la Persecución Religiosa desencadenada ya antes de la Guerra Civil en su querida Granada por el Frente Popular —cuyos miembros Falla comentó en una de sus cartas que planearon incluso la destrucción de la Alhambra— escribió como cristiano a Manuel Azaña rogándole pusiera coto a los desmanes. Lo mismo hizo con las autoridades militares sublevadas, a las que llegó a escribir:

«Y a Dios le pido que el santo grito de ‘Viva Cristo Rey’ que tantos mártires lanzan al morir, tenga fecunda eficacia en el convencimiento y en las obras de los cristianos españoles que aún vivimos».

Además, su música estaba impregnada de fe católica. En 1916, a comienzos del verano, las tradicionales fiestas granadinas del Corpus Christi programaron, dentro de su ciclo sinfónico, la audición de Noches en los jardines de España, cuya primera parte lleva por título "En el Generalife". El Palacio de Carlos V escuchó el 26 de junio al propio Falla ejecutar la parte de piano. Entre el público presente se hallaban Serge Diaghilev, creador y director de los Ballets Russes, y Léonide Massine, coreógrafo y bailarín de la compañía, que entonces actuaban en el Teatro Real de Madrid, hecho crucial en el desarrollo de la danza durante la Edad de Plata.

Tuvo durante toda su vida director espiritual. En 1905 sufrió un frustrado noviazgo con su prima María Prieto Ledesma, escribiéndole el padre Fedriani el 5 de abril de 1905: "Tú estate muy tranquilo, hijo mío, déjate de majaderías, sentirás que si está de Dios, y cuando esté de Dios, será y si no sucede, para tu bien será". En 2015 se publicó "Manuel de Falla, un católico para nuestro tiempo", libro póstumo del sacerdote carmelita Fray Juan de Jesús María Alamillos Medina.

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En cuanto a la religiosidad católica de Federico García Lorca, la información existente es muy abundante. Una buena parte de sus escritos dan cuenta de sus creencias. Poemas como ‘La aurora’ están escritos inspirados en el libro del Génesis y se hace en ellos alusión a la eucaristía. Tales relaciones con la fe católica han sido estudiados a lo largo de su obra escrita, haciéndose no siempre valoraciones acertadas de la misma.

Al igual que a Miguel Hernández, Dios fascinó a Lorca a lo largo de su vida. Jaume Pont lo declara cristiano heterodoxo en un interesante estudio, pero deja ver en sus comentarios muchos matices sobre la espiritualidad del poeta que son a menudo tergiversados o malinterpretados, cuando no ocultados, coexistiendo en él con posturas críticas o muy críticas hacia ciertos detalles de la religiosidad de la época

En relación a Dalí y Buñuel, indicar que ambos estudiaron en colegios religiosos. Llegando a ser quienes llegaron a ser a nivel intelectual, muy mal no lo hicieron los curas que les enseñaron. La Historia de la Intelectualidad española está absolutamente llena de la presencia de la Iglesia Católica, bien como institución, bien a través de laicos creyentes presentes en todas las ramas del saber, bien como formadora de intelectuales como Dalí, Buñuel y tantos otros.

Todo parece indicar que es más que posible seguir escribiendo sobre la Historia de la Intelectualidad Católica Española, que llega hasta nuestros días

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM


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