¿Por qué Roma marcó la vida del cardenal Newman?

La relación del cardenal John Henry Newman con la ciudad eterna resultó fundamental en la vida del próximo santo.

Tiempo de lectura: 2’

Newman estuvo cuatro veces en Roma: la primera, en primavera del año 1833; la segunda, un año después de su conversión al catolicismo, entre 1846 y 1847; por tercera vez en 1856; y finalmente en mayo de 1879, después de haber sido nombrado cardenal por el Papa León XIII.

El viaje que sin duda marcó el inicio de su conversión fue el primero, a pesar de que cuando llegó a Roma estaba convencido de que el Papa era el anticristo. En aquel momento tenía 32 años, era un anglicano convencido, un universitario muy brillante, daba clases en Oxford y estaba entusiasmado con la iglesia anglicana, en la que había sido ordenado presbítero.

El motivo de aquel primer viaje fue acompañar a un amigo, también profesor de Oxford, que sufría una enfermedad pulmonar y le convenía pasar una temporada en países con sol. Cuando llegaron a Roma se alojaron en el centro histórico de la ciudad.

Recorriendo las calles se empapó de la historia de la iglesia y de los primeros cristianos y quedó fascinado por la belleza de la ciudad. Poco a poco se fue animando a conocer mejor el catolicismo.

Una vez convertido, su segundo viaje a Roma tuvo como fin formarse como sacerdote en el Colegio de Propaganda Fidei. Estuvo buscando una orden religiosa acorde a sus expectativas y se dedicó concienzudamente a visitar muchas casas religiosas: jesuitas, dominicos, pasionistas; pero se quedó especialmente prendado por la labor realizada por San Felipe Neri. La forma flexible en la que este santo romano vivía en comunidad observando la caridad fraterna, terminaron por convencerle de que tenía que entrar a formar parte de la familia del Oratorio. Le cautivó de forma especial la atención que en esta congregación se prestaba a la dimensión cultural y a la pastoral.

Cuando regresó a Inglaterra puso en marcha el Oratorio. El Papa aprobó la fundación, y Newman fue el primer superior de la congregación del Oratorio de San Felipe Neri en Londres. Este hecho resultó fundamental en su vida.

La última vez que John Henry Newman viajó a Roma fue para ser creado cardenal en 1879, once años antes de su muerte.

Religión