El Papa Francisco condena en Medellín a los "sicarios de la droga"

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El Papa Francisco recordó este sábado a sus pastores el compromiso con "el estilo de vida de Jesús", y los exhortó a involucrarse con los demás, "sin miedo a mancharse", en la homilía que pronunció en la misa campal celebrada en Medellín, en la que volvió a abogar por la reconciliación y la paz.

El Pontífice quiso dejar ese mensaje en una jornada dedicada a "la vida cristiana como discipulado", que incluyó la eucaristía en el Aeropuerto Olaya Herrera y un encuentro con sacerdotes, religiosos y sus familias.

"En Colombia hay tantas situaciones que reclaman de los discípulos el estilo de vida de Jesús, particularmente el amor convertido en hechos de no violencia, de reconciliación y de paz", manifestó el obispo de Roma en la homilía.

Al igual que lo hiciera el jueves en Bogotá, donde recordó al episcopado que son "pastores" al servicio de la concordia y no "técnicos ni políticos",  les insistió en que "ir detrás de Jesús supone otras prioridades".

"Para el Señor, también para la primera comunidad, es de suma importancia que quienes nos decimos discípulos no nos aferremos a cierto estilo, a ciertas prácticas que nos acercan más al modo de ser de algunos fariseos de entonces que al de Jesús", dijo.

Por eso insistió en que, como Jesús, no hay que contentarse en cumplir lo "aparentemente correcto" sino que es necesario "ir a lo esencial, renovarse e involucrarse".

"La renovación no nos debe dar miedo. La Iglesia está siempre en renovación. No se renueva a su antojo, sino que lo hace firme y bien fundada en la fe, sin apartarse de la esperanza transmitida por la Buena Noticia", añadió.

Eso requiere "sacrificio y valentía", especialmente en un país como Colombia donde, según dijo, la Iglesia "está llamada a empeñarse con mayor audacia en la formación de discípulos misioneros".

"No podemos ser cristianos que alcen continuamente el estandarte de 'prohibido el paso', ni considerar que esta parcela es mía, adueñándome de algo que no es absolutamente mío. La Iglesia no es nuestra, es de Dios", expresó.

Ya este domingo una multitud tomó las calles de Bogotá para despedir al Papa Francisco que abordó el papamóvil en la Nunciatura Apostólica en dirección a la base militar de Catam, donde ha tomado un avión a Cartagena y al final del día de regreso a Roma.

Este último recorrido en el papamóvil no estaba previsto, pero este sábado  el Papa decidió que lo haría para agradecer la calurosa acogida que le han brindado los colombianos desde que llegó al país, el pasado miércoles.

Ya subido en el papamóvil el Pontífice bendijo a miles de miles de fieles de todas las edades, abrazó y besó niños e incluso una mujer enferma, con gorro y mascarilla, logró subir al vehículo y recibir el abrazo y la bendición del pontífice.

Durante todo el recorrido, en una mañana soleada, la emocionada multitud gritaba "Francisco, Francisco" al tiempo que agitaba pañuelos blancos y banderas de Colombia y del Vaticano para demostrar su afecto al pontífice.

Su llegada a Cartagena, en medio de música, cantos y la alegría propia del Caribe colombiano, ha sido la última escala de su visita a Colombia.

Al bajar del avión, Francisco apareció sonriente y, al saludar al arzobispo de Cartagena, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, le dio un afectuoso abrazo.

Niños vestidos con traje típicos le regalaron al papa un sombrero vueltiao, símbolo de la cultura colombiana, que de inmediato se puso.

Antes de subirse al vehículo en el que recorrerá 3,5 kilómetros hasta la Plaza San Francisco, en pleno centro histórico de la ciudad caribeña, el sumo Pontífice asistió a una coreografía preparada por 300 jóvenes e inspirada en la dignidad de las personas y en la cultura local.

Al finalizar la presentación, la cantante del grupo se acercó al pontífice, se arrodilló ante él y le abrazó entre lágrimas.

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