Un grupo de manifestantes realiza pintadas en la catedral de Buenos Aires: "El desinterés es alarmante"

La Red Respeto Religioso denunció el suceso y explicó que el daño es tanto material como espiritual. El suceso se produjo en el marco de una manifestación "contra el gatillo fácil"

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El pasado viernes, 27 de agosto, la catedral de Buenos Aires (Argentina) sufrió pintadas de índole anticlerical por parte de un grupo de vándalos. Entre las diferentes pintadas se podían leer consignas como "Fuego a las iglesias" o "Cuando se lee poco, se dispara mucho". La vandalización se produce en el marco de una "marcha contra el gatillo fácil", tal y como la denominaron sus organizadores.

Los perpetradores realizaron pintadas en la fachada del templo y en las calles contiguas, dejando inscritas consignas como "El gatillo fácil es genocidio" o "El Estado apunta, la policía dispara".



La Red Respeto Religioso, una organización surgida en Argentina el pasado mes de junio con el objetivo de defender el respeto a la profesión religiosa en el país, denunció los hechos explicando que "no hubo prevención, acción ni reacción de las autoridades nacionales o de la Ciudad". También mostró su rechazo al hecho de que no hubiera una declaración institucional condenando el ataque.

"Este odio irracional va en aumento frente a la desidia de los poderes públicos. El desinterés y silencio es alarmante", afirmó la organización a través de un comunicado, al tiempo que resaltaba que "no alcanza con reparar los prejuicios materiales. El agravio es también espiritual a la comunidad creyente y para muchos ciudadanos".

No se trata del primer hecho vandálico contra una catedral en Argentina

Este no es el primer ataque que sufre una catedral en Argentina. El pasado 3 de marzo de 2021, la catedral diocesana de Lomas sufrió una profanación en la que los vándalos desparramaron las formas que se encontraban en el Sagrario por el altar, para después robar las coronas de la imagen de la Virgen de la Paz y del Niño Jesús. Además, destruyeron la cruz del cinerario parroquial.

En aquel momento, el obispo de la diócesis, Mons. Jorge Lugones, condenó el atroz suceso y convocó a los fieles a participar en una hora de Adoración al Santísimo en reparación por la profanación del templo. Además, el prelado presidió una Misa de desagravio para pedir el perdón de Dios por la ofensa cometida por los vándalos contra la Iglesia y toda la comunidad cristiana.



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