En 'El Espejo'

El P. Ganni y 3 subdiáconos, camino de los altares

Comienza el proceso de beatificación de los primeros cuatro mártires de la persecución religiosa en Oriente Medio durante el siglo XXI.

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El Patriarcado Caldeo de Babilonia ha recibido el Nihil Obstat de la Santa Sede para iniciar el proceso de beatificación del Padre Ragheed Ganni y sus tres compañeros Hanna Esho, Ghassan Essam Bideauiv y Basman Yousef Daoud, martirizados hasta la muerte por radicales islamistas.

Todo sucedió el 3 de junio de 2007, solemnidad de Pentecostés. Como cada domingo, el sacerdote celebró misa en su parroquia de Mosul. La esposa de uno de los compañeros de Ragheed estaba presente en el momento en el que los terroristas entraron en el templo. Asegura que uno de los terroristas preguntó al P. Ganni por qué no había cerrado el templo, tal y como le habían indicado. El sacerdote respondió: “¿Cómo puedo cerrar la casa de Dios?”. En ese momento, fue empujado y cayó al suelo, desde donde le hizo un gesto a la mujer para que se fuera antes de ser acribillado a balazos por los yihadistas junto a los subdiáconos.

El P. Ragheed Ganni tenía 35 años en el momento de su muerte. Nació en el pequeño pueblo de Karamlesh, cerca de Mosul, y desde niño tuvo una profunda fe. Antes de descubrir su vocación, Ganni estudió Ingeniería Civil, a la vez que participaba en las actividades de su parroquia. Fue así como recibió la llamada al sacerdocio.

Cuentan que, impresionado por su enorme talla intelectual y espiritual, el arzobispo de Mosul decidió enviarlo a formarse a Italia. Fue ordenado en Roma y, a pesar de que tuvo la posibilidad de continuar estudiando allí -porque muchos veían en él a un futuro obispo-, en 2003, Ganni le pidió al arzobispo de Mosul volver a Irak, un país que en ese momento se encontraba en plena guerra. Allí fue ayudante del arzobispo, y después se le encomendó la parroquia del Espíritu Santo de Mosul.

Su fe y su firmeza pronto llamaron la atención de sus feligreses. En el Congreso Eucarístico Italiano de 2005, el P. Ganni contó cómo para los cristianos de Mosul, era imposible vivir sin el domingo, sin la Eucaristía, que era lo que les daba fuerza.

Ragheed era muy consciente del peligro que corría al profesar su fe, pero tal y como cuentan algunos de sus amigos en Italia, a pesar de tener varias oportunidades de huir, decidió quedarse con sus feligreses porque tenía una fuerte percepción de su deber sacerdotal y deseaba por ello ser un icono del Buen Pastor para su pueblo.

El día de su asesinato, el P. Ganni acudió a renovar su documento de identidad, y se tomó una foto. Después, fue a visitar a sus padres. Aziz Ganni, su padre, cuenta cómo les llevó una foto ampliada, que le entregó a su madre. Ella le dijo que salía muy favorecido, y Ragheed le respondió que era para su funeral. Y ante la aprehensión de su madre, le dijo: “todas las iglesias están amenazadas, que muera ahora o dentro de diez años, no cambia nada”.

Ahora, la causa de beatificación del P. Ragheed Ganni y de los tres subdiáconos ha sido transferida desde la Archieparquía Caldea de Mosul a la Eparquía Caldea de Santo Tomás Apóstol en Detroit, en Estados Unidos. La inestabilidad de las regiones norte-iraquíes y la difícil situación en que se encuentra el Arzobispado de Mosul después de los años de ocupación yihadista de esa metrópoli hacen que sea difícil llevar a cabo un proceso de canonización en el lugar, respetando los procedimientos requeridos.

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