Cáritas explica los motivos por los que Galapagar es el municipio que menos invierte en servicios sociales

Tan solo destina 20,6 euros por habitante, cuando la media española asciende a 94 euros

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Galapagar, municipio madrileño que en los últimos años ha alcanzado mayor notoriedad después de que allí fijara su residencia el líder de Unidas Podemos y Vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, es el Ayuntamiento de más de 20.000 habitantes (33.000 según el censo) con menor índice de inversión en servicios sociales de toda España, con 20,6 euros por habitante, según el baremo que emplea la Asociación de Directoras y Gerentes de Asuntos Sociales. Para hacernos una idea y ubicarnos en el contexto correcto, la media que gastan las administraciones locales por habitante es de 94 euros.

Un dato que no ha extrañado a la responsable de Cáritas en la localidad madrileña, Ana María González, en declaraciones a COPE.es: “El equipo de Gobierno anterior (del PP) se queja de que en estos datos no se incluyen algunas ayudas que concedieron para comedor o becas de estudio en la primera mitad del año, y por eso quizá sea demasiado baja la cifra, pero es cierto que hay un problema en servicios sociales, ya que el consistorio deriva a demasiada gente a Cáritas y a Cruz Roja por carecer de presupuesto”.

Los trabajadores del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento denuncian la falta de recursos para ayudar a toda la población que la precisa. Un diagnóstico sobre el problema que secunda Ana María: “Galapagar tiene mucha población inmigrante, especialmente marroquí, que vinieron en los años del 'boom' inmobiliario. Cuando explotó la burbuja buena parte de estas familias han permanecido en el municipio, pero subsisten con una renta mínima que apenas les llega para hacer frente al alquiler, y lo peor es que han entrado en una franja de edad que no les permite encontrar una salida laboral”, explica la responsable de Cáritas.

Sin duda, el barrio de San Gregorio es el más marginal, donde la droga está a la orden del día y la exclusión, con casas ocupadas, suciedad en las calles y escaso alumbrado público son una constante, tal y como apunta la responsable de Cáritas: “Desde muchas asociaciones trabajamos para mejorar su situación. Es una zona donde convive la población gitana y la española, pero realmente sus vecinos no son los que más recurren a nosotros, apenas un 10% de las personas que ayudamos proceden de allí”.

Por contra, los que más demandan ayudas de alimentos en la ONG vinculada a la Iglesia son inmigrantes de origen latino, especialmente de Venezuela y Colombia: “En total, atendemos a unas 150 personas en Galapagar, e incidimos en el tema de la empleabilidad entre los jóvenes para que salgan adelante”.

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