223 millones de niños sufren explotación sexual en el mundo

Lo denuncia Misiones Salesianas, que ha lanzado el documental Love para concienciar sobre su situación.

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Cada día, en todo el mundo, 223 millones de niños sufren explotación sexual. Hablamos de prostitución, de la coacción para que un menor se dedique a cualquier actividad sexual ilegal y de la explotación del menor en espectáculos o materiales pornográficos.

Los informes de Naciones Unidas señalan a ArgentinaChileCuba o Sri Lanka como los países con un mayor índice de explotación sexual, aunque este año, en Misiones Salesianas han puesto el foco en Sierra Leona. Allí han rodado el documental Love, que cuenta la cruda realidad que viven muchas niñas en la capital, Freetown. Niñas que se prostituyen desde edades tempranas por unas pocas monedas para poder sobrevivir.

Por ello, Misiones Salesianas ha lanzado allí varios programas de ayuda a través de la ONG Don Bosco Fambul (“familia” en krío, la lengua autóctona), una organización que nació para dar respuesta al problema de los niños soldado durante la guerra civil del país, que después atendió a los niños huérfanos del ébola y que en la actualidad se encarga de los niños que han sufrido abusos y de los que están en la calle.

Esta organización está dirigida por el misionero salesiano Jorge Crisafulli, que reconoce que “entre 900 y 1.500 niñas se prostituyen en Freetown”. Don Bosco Fambul, a través del programa Girls Os+ -que nació en septiembre de 2016- las saca de la calle, las lleva al hospital para comprobar que no han contraído ninguna enfermedad -como el SIDA, la Hepatitis y otros tipos de ETS- durante el ejercicio de la prostitución y las forma. A las más pequeñas las ofrecen continuar con la formación primaria, a las más mayores, les dan capacitación laboral, para que sean peluqueras, por ejemplo, y a las que ya son más mayores, les dan una pequeña ayuda para que puedan montar sus propios negocios.

Jorge Crisafulli, OSB asegura que este año pretende rescatar a 300 niñas más con un programa llamado “Hope Place”, y gracias a una benefactora valenciana, están construyendo un nuevo complejo más amplio a las afueras de la capital.

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