Las escenas cotidianas de la vida que podemos observar en el Portal de Belén

Entre las calles del pueblo es frecuente representar los puestos y mercados de los comerciantes que vendían alimentos y los talleres de artesanía con carpinteros o herreros

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En estos días previos a las fechas navideñas son muchos los hogares que se preparan para poner el Nacimiento. En España, montar el Belén es una tradición que, según recogen en muchos documentos, llegó de la mano de San Francisco de Asís.

En diciembre recuperamos nuestro Belén de la pasada Navidad e intentamos que destaque con cada detalle. El nacimiento navideño tiene elementos esenciales que nunca deberían faltar como María, José y el Niño Jesús, aunque hay otras figuras que también pueden complementarlo.

Los artesanos y comerciantes, mediante figuras, representan el pueblo en aquella época. Por ello, los ciudadanos suelen incorporar talleres de artesanía con carpinteros, herreros o armeros. Además, entre las calles del pueblo es frecuente representar los puestos y mercados de los comerciantes que vendían alimentos como la fruta, los huevos, el pan o el pescado.

Las escenas cotidianas de la vida que podemos observar en el Portal de Belén

El Papa Francisco da sentido al Belén

Hace un año el Papa Francisco explicó que del pesebre podemos recibir una “enseñanza sobre el sentido de la vida”. También, hizo referencia a las escenas cotidianas que observamos en el pesebre: los pastores con las ovejas, herreros que trabajan el hierro, molineros, que indican que Dios viene "a nuestra vida concreta".

“Hacer un pequeño belén en casa, siempre, porque es el recuerdo de que Dios vino a estar entre nosotros, nació de nosotros, nos acompaña en la vida, es hombre como nosotros, se hizo hombre como nosotros”, expresó el Santo Padre. Por eso, "en la vida cotidiana, ya no estamos solos", anunció.

Los trabajos mencionados en el Evangelio: cultivar la tierra y cuidar de los animales

La Biblia describe una gran variedad de culturas y estilos de vida. Cómo se ganaban las personas el sustento diario dependía de dónde y cuándo vivieron. Los dos trabajos más mencionados en el Evangelio son el cultivo de la tierra y el cuidado de los animales.

La ganadería y la agricultura son de gran importancia en la Biblia. Además, da instrucciones específicas acerca de comer (Lv 11) y sacrificar animales (Lv 1) y granos de cereales (Lv 2). En los relatos del Génesis, Abel, uno de los hijos de Adán y Eva, era un pastor de ovejas y el otro cultivaba la tierra (Gn 4:2). Los antiguos ancestros del pueblo de Israel transitaron por distintos lugares, y sobrevivían del cuidado de sus ganados y rebaños de animales (Gn 13:1-3).

Las escenas cotidianas de la vida que podemos observar en el Portal de Belén

Algunos oficios de la época

Los oficios tradicionales en Jerusalén también se representan en el Belén: el herrero, la lavandera, el tendero, el panadero, el alfarero. En aquella época los trabajos básicos eran llevados a cabo por gente sencilla.

Alrededor del pueblo del Belén está el lago Galilea, donde los pescadores solían ir a pescar. El procedimiento más corriente era el de suspender entre dos barcas una red barredera con pesas abajo y corchos por encima, atrapando así el pescado en un círculo de redes en medio del lago, o si no arrastrándolo hacia la playa para atraparlos en los bajíos.

El trabajo de pastoreo era también muy importante, ya que tenían que alimentar y también proteger a su rebaño. El pastor normalmente tenía a su cargo un rebaño mixto de cabras y ovejas. La lana y el pelo de la cabra se usaba para fabricar ropa, aunque también daban leche. Esto era una importante fuente de ingresos para el pastor.

Los artesanos estaban muy presentes en aquella época. El carpintero podía fabricar y reparar todo tipo de instrumentos de madera, aunque tenían conocimientos para hacer otros quehaceres. El trabajo del albañil era necesario para la construcción de los hogares. El curtidor trabajaba fuera del pueblo elaborando sandalias, cinturones y objetos de cuero.

Las escenas cotidianas de la vida que podemos observar en el Portal de Belén

Tanto el oficio de alfarero, como el de herrero eran respetados socialmente porque su producción para la vida cotidiana era necesaria: cántaros, ánforas, vasos, entre otros. Además, el alfarero moldeaba la arcilla en sus tornos para crear todo tipo de utensilios caseros.

El agricultor se ocupaba de la producción de los cultivos. Primero se cosechaba, después se llevaban el grano a un piso duro de tierra nivelada, se recogía y luego se empaquetaban para su uso o venta. Otras cosechas importantes eran las uvas, las aceitunas y los higos.

También recogemos la escena de la lavadera, que era una de las más cotidianas de la vida de aquel tiempo. En Belén existía un lavadero al que acudían las mujeres.

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