El Papa pide que la oración sea prioridad para la unidad de los cristianos: "Es la primera tarea"

Francisco ha cerrado la 57ª Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos presidiendo las Segundas Vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma

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“Dividir nunca es de Dios, sino del diablo”. Son palabras del Papa Francisco que este jueves ha presidido la celebración de las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo Apóstol, al concluir la 57ª Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En la celebración han participado también representantes de las demás Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma.

El Papa ha sido claro con los fieles presentes en la basílica de San Pablo Extramuros en Roma: solo el amor que se convierte en servicio gratuito, “solo este amor que Jesús proclamó y vivió, acercará a los cristianos separados los unos a los otros. Sí, solo este amor, que no vuelve al pasado para poner distancia o señalar con el dedo; solo este amor, que en nombre de Dios antepone el hermano a la férrea defensa del propio sistema religioso, nos unirá”.

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“Todo bautizado pertenece al mismo Cuerpo de Cristo; y más aún, porque toda persona en el mundo es mi hermano o mi hermana, y todos componemos la “sinfonía de la humanidad”, de la que Cristo es primogénito y redentor”, ha remarcado el Papa. Cerrando la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, Francisco se ha preguntado si las comunidades permanecen atrincheradas en defensa de sus propios intereses: Si así fuera, no se trataría solo de errores estratégicos, sino de infidelidad al Evangelio”.

En este jueves en el que celebramos la Conversión de San Pablo, el Santo Padre ha subrayado que “todos los esfuerzos hacia la unidad plena están llamados a seguir el mismo itinerario […] a dejar de lado la centralidad de nuestras ideas para buscar la voz del Señor y dejarle iniciativa y espacio a Él”. “Mientras oramos juntos, reconozcamos, cada uno, que necesitamos convertirnos, dejar que el Señor nos cambie el corazón. Esta es la vía: caminar juntos y servir juntos, poniendo la oración como prioridad”, ha afirmado Francisco durante la homilía.

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Francisco ha agradecido la presencia de Justin Welby, arzobispo de Canterbury, y el Metropolita Policarpo, representante del Patriarcado Ecuménico, y a todos los representantes de muchas comunidades cristianas presentes en San Pablo: “Juntos, como hermanos y hermanas en Cristo, imploremos con Pablo diciendo: “¿Qué debemos hacer, Señor?”. Y al hacer esta súplica ya tenemos una respuesta, porque la primera respuesta es la oración. Rezar por la unidad es la primera tarea de nuestro camino”.

Por último, Francisco no ha desaprovechado la ocasión para pedir seguir rezando “por el fin de las guerras, especialmente en Ucrania y en Tierra Santa. Saludo asimismo al amado pueblo de Burkina Faso, en particular a las comunidades que allí prepararon el material para la Semana de Oración por la Unidad. Que el amor al prójimo sustituya la violencia que aflige a ese país”.

“Levantémonos entonces, en nombre de Cristo, de nuestros cansancios y de nuestras costumbres, y continuemos, vayamos adelante, porque Él lo quiere, y lo quiere «para que el mundo crea». Oremos, pues, y sigamos adelante, porque esto es lo que Dios desea de nosotros”, ha finalizado la homilía el Papa Francisco.

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