El Papa pide a los cristianos que alimenten la amistad social no dando lecciones desde el balcón

Ante la celebración del Meeting 2022 en Rímini, Francisco asegura que es necesario redescubrir "la atención amorosa" hacia los demás, la cercanía y la búsqueda del bien

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Se cumplen los 100 años del nacimiento del fundador de Comunión y Liberación, Luigi Giussani, y este año la 43ª edición del XLIII Meeting 2022 en Rímini revive su "celo apostólico" recordando sus palabras de 1985, que dan conexión a los cinco días del encuentro, del 20 al 25 de agosto: "El cristianismo no nació para fundar una religión, nació como pasión por el hombre. [...] El amor al hombre, la veneración al hombre, la ternura al hombre, la estima absoluta por el hombre".

Así, el Papa ha enviado un mensaje al obispo de Rímini, Guido Lambiase, en el que pide a los cristianos que alimenten la amistad social: "¡Cuánta necesidad tienen los hombres y mujeres de nuestro tiempo de conocer a personas que no den lecciones desde el balcón, sino que salgan a la calle a compartir la fatiga cotidiana del vivir, sostenidos por una esperanza fiable!". Así, en el clima del "todos contra todos" redescubrir el camino de "la atención amorosa" hacia los demás, la cercanía, la búsqueda del bien, como condición para ser plenamente nosotros mismos.

Según indica en el texto, firmado por el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, “la fragilidad de los tiempos que vivimos es también la de creer que no hay posibilidad de redención, una mano que te levanta, un abrazo que te salva, te perdona, te realza". Este es “el aspecto más doloroso de la experiencia de tantos que han experimentado la soledad durante la pandemia o que han tenido que abandonarlo todo para escapar de la violencia de la guerra".

Amar a todos

De ahí que la parábola del buen samaritano es hoy más que nunca una palabra clave, en profunda consonancia con el lema de este encuentro, porque en ella se encarna la "pasión incondicional por cada hermano y hermana que se encuentra en el camino", que no es "sólo generosidad", sino —según la descripción del Papa Francisco— es "reconocer a Cristo mismo en cada hermano abandonado o excluido". Quien cree está llamado a tener la misma mirada, la misma pasión de Cristo, que amó a todos sin exclusión alguna: un "amor gratuito, sin medida y sin cálculo". Pero "¿no podría parecer una intención piadosa, comparada con lo que vemos acaecer hoy?".

El camino de la fraternidad no está diseñado sobre las nubes

Francisco se pregunta ¿cómo es posible mirar a los que están cerca de nosotros como un bien que hay que respetar, en un mundo que hoy pone "a todos contra todos" y donde prevalecen "el egoísmo y los intereses partidistas", con la pandemia y la guerra que nos han hecho retroceder frente al proyecto de una humanidad solidaria? Y según indica en el mensaje, "el camino de la fraternidad no es diseñado sobre las nubes, sino que atraviesa los numerosos desiertos espirituales presentes en nuestras sociedades" y que es precisamente en el desierto -como dijo Benedicto XVI- "donde redescubrimos el valor de lo esencial para vivir, Francisco señala el camino: "Nuestro compromiso no consiste exclusivamente en acciones o programas de promoción y asistencia", "no en un exceso de activismo, sino ante todo en una atención dirigida al otro, considerándolo como una única cosa con sí mismo", asegura, indicando que “esta atención de amor es el comienzo de una verdadera preocupación por su persona y el deseo de buscar su bien. Recuperar esta conciencia es decisivo". Es el otro, el encuentro con el otro "la condición para llegar a ser plenamente nosotros mismos y dar fruto".

La amistad social, fruto de la entrega a los demás

La entrega a los demás construye esa amistad social que el Papa recomienda en su mensaje: es la fraternidad abierta a todos, "abrazo que rompe los muros y sale al encuentro del otro en la conciencia del valor de cada persona concreta, en cualquier situación en que se encuentre". Un amor al otro por lo que es: criatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza, dotada por tanto de una dignidad intangible, de la que nadie puede disponer o, peor aún, abusar".

Artesanos de paz: Moscú, Jerusalén y Bangui

Este sábado comienza el Meeting por la amistad entre los pueblos, un encuentro que contará, entre otros muchos, con tres excepcionales artesanos de la paz, que peregrinan en lugares críticos, con sus comunidades cristianas: Paolo Pezzi, arzobispo de Moscú; Pierbattista Pizzaballa, arzobispo de Jerusalén; y Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, República Centroafricana. Moscú, Jerusalén y Bangui: tres centros importantes actualmente. Moscú, donde comenzó la guerra en Ucrania desafiando a Occidente; Jerusalén, el corazón mundial de las religiones y sus luchas; Bangui, allí donde se concentran la miseria, las riquezas minerales y la guerra civil entre bandas.


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