El Papa pide construir una comunicación cuya base sea "la humildad de escuchar": "Hablar con el corazón"

Francisco, en su mensaje para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: "En el dramático contexto del conflicto global es urgente afirmar una comunicación no hostil"

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La Santa Sede ha publicado este martes, 24 de enero, y fiesta de San Francisco de Sales, el mensaje del Papa Francisco para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebrará en muchos países el 21 de mayo bajo el lema: "Hablar con el corazón: Según la verdad en la caridad” (Ef 4,15).

Tras haber reflexionado, en años anteriores, sobre los verbos “ir, ver” y “escuchar” como condiciones para una buena comunicación, este año el Papa se centra en “hablar con el corazón”: “Es el corazón el que nos ha movido a ir, ver y escuchar; y es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora”. Después de “habernos ejercitado en la escucha […] podemos entrar en la dinámica del diálogo y el intercambio, que es precisamente la de comunicar cordialmente”.



El Papa subraya que “no debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda, sino a hacerlo sin caridad, sin corazón”. En el mensaje, además, Francisco recuerda una frase del fallecido Benedicto XVI: “El programa del cristiano es un corazón que ve” (Encíclica Deus Caritas Est, 31) : “Un corazón que, con su latido, revela la verdad de nuestro ser, y que por eso hay que escucharlo”.

“Solo escuchando y hablando con un corazón puro podemos ver más allá de las apariencias y superar los ruidos confusos que, también en el campo de la información, no nos ayudan a discernir en la complejidad del mundo en que vivimos. La llamada a hablar con el corazón interpela radicalmente nuestro tiempo, tan propenso a la indiferencia y a la indignación, a veces sobre la base de la desinformación, que falsifica e instrumentaliza la verdad”, ha afirmado el Papa.

Pope Francis leads Angelus prayer

Vatican City (Vatican City State (holy See)), 22/01/2023.- A handout picture provided by the Vatican Media shows Pope Francis waving from a window of his rooms at the Apostolic Palace as he leads the Angelus prayer for the faithful in St. Peter's Square, Vatican City, 22 January 2023. (Papa) EFE/EPA/VATICAN MEDIA HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES

El primer paso para una buena comunicación es, para Francisco, “comunicar cordialmente”: “Quien nos lee o nos escucha capta nuestra participación en las alegrías y los miedos, en las esperanzas y en los sufrimientos de las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Quien habla así quiere bien al otro, porque se preocupa por él y custodia su libertad sin violarla”. En este periodo histórico, “marcado por polarizaciones y contraposiciones […] el compromiso por una comunicación “con el corazón y con los brazos abiertos” no concierne exclusivamente a los profesionales de la información, sino que es responsabilidad de cada uno. Todos estamos llamados a buscar y a decir la verdad, y a hacerlo con caridad”.

Francisco ha remarcado lo importante que es “ser amable” en estos tiempos de polarización: “La necesitamos en el ámbito de los medios para que la comunicación no fomente el rencor que exaspera, genera rabia y lleva al enfrentamiento, sino que ayude a las personas a reflexionar con calma, a descifrar, con espíritu crítico y siempre respetuoso, la realidad en la que viven”.

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El Papa, en su mensaje para la 57ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, ha recordado el centenario de la proclamación de San Francisco de Sales como patrono de los periodistas católicos por parte de Pío XI: “Su actitud apacible, su humanidad, su disposición a dialogar pacientemente con todos, especialmente con quien lo contradecía, lo convirtieron en un testigo extraordinario del amor misericordioso de Dios”.

A través de los escritos y del testimonio de vida de san Francisco de Sales, “el santo obispo de Ginebra nos recuerda que “somos lo que comunicamos”. Una lección que va contra corriente hoy, en un tiempo en el que, como experimentamos, sobre todo en las redes sociales, la comunicación frecuentemente se instrumentaliza, para que el mundo nos vea como querríamos ser y no como somos”.

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Francisco ha pedido a la Iglesia “una comunicación que encienda los corazones, que sea bálsamo sobre las heridas e ilumine el camino de los hermanos y de las hermanas. Sueño una comunicación eclesial que sepa dejarse guiar por el Espíritu Santo, amable y, al mismo tiempo, profética; que sepa encontrar nuevas formas y modalidades para el maravilloso anuncio que está llamada a dar en el tercer milenio. Una comunicación que ponga en el centro la relación con Dios y con el prójimo, especialmente con el más necesitado, y que sepa encender el fuego de la fe en vez de preservar las cenizas de una identidad autorreferencial. Una comunicación cuyas bases sean la humildad en el escuchar y la parresia en el hablar; que no separe nunca la verdad de la caridad”.

El Santo Padre no ha desaprovechado la ocasión para recordar el drama de la guerra: “Hablar con el corazón es hoy muy necesario para promover una cultura de paz allí donde hay guerra; para abrir senderos que permitan el diálogo y la reconciliación, allí donde el odio y la enemistad causan estragos. En el dramático contexto del conflicto global que estamos viviendo, es urgente afirmar una comunicación no hostil”.



“Uno se queda horrorizado al escuchar con qué facilidad se pronuncian palabras que claman por la destrucción de pueblos y territorios. Palabras que, desgraciadamente, se convierten a menudo en acciones bélicas de cruel violencia. He aquí por qué se ha de rechazar toda retórica belicista, así como cualquier forma de propaganda que manipule la verdad, desfigurándola por razones ideológicas. Se debe promover, en cambio, en todos los niveles, una comunicación que ayude a crear las condiciones para resolver las controversias entre los pueblos”, ha pedido el Papa.

Por último, el Pontífice ha pedido “un esfuerzo” a los periodistas: “Del corazón brotan las palabras capaces de disipar las sombras de un mundo cerrado y dividido, para edificar una civilización mejor que la que hemos recibido. Es un esfuerzo que se nos pide a cada uno de nosotros, pero que apela especialmente al sentido de responsabilidad de los operadores de la comunicación, a fin de que desarrollen su profesión como una misión”.

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