El Papa Francisco, en el Ángelus: "Contemplar a Jesús no es perder el tiempo, sino darle sentido"

El Santo Padre ha pedido hablar, jugar y reír con los niños en este 6 de enero: "Ellos también nos hablan de Jesús con su asombro y su sana curiosidad"

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Día de lluvia en Roma, pero no han faltado fieles y peregrinos en el Ángelus que el Papa Francisco ha rezado tras la celebración de la Santa Misa en San Pedro en la Solemnidad de la Epifanía del Señor.

El Santo Padre se ha asomado a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano y ha pedido a los fieles detenerse en la escena de los Reyes Magos ante el Niño Jesús: “Esos sabios reconocen la presencia de Dios en un simple Niño: no en un príncipe ni en un noble, sino en un niño de pobres, y se postran ante Él, adorándolo”.



“La estrella les ha conducido hasta allí, ante un Niño; y ellos, en sus ojos pequeños e inocentes, captan la luz del Creador del universo, a cuya búsqueda han dedicado su existencia. En esos frágiles miembros reconocen al Señor de la vida, se detienen a contemplarlo y parten nuevamente como hombres nuevos”, ha afirmado el Papa en el Ángelus de este sábado, 6 de enero.

Esta experiencia, que tan importante fue para los Reyes Magos, también es decisiva para todos: “En el Niño Jesús, vemos a Dios hecho hombre. Por eso, contemplémosle, maravillémonos de su humildad. Contemplar a Jesús, estar ante Él, adorarlo en la Eucaristía: no es perder el tiempo, sino darle sentido al tiempo; es encontrar el rumbo de la vida en la sencillez de un silencio que alimenta el corazón. Pongámonos también nosotros ante el Niño, detengámonos ante el pesebre”.

Y también, otros protagonistas en estas Navidades son los niños y el Papa ha pedido encontrar tiempo “para mirarlos”: “También nos hablan de Jesús, con su confianza, su inmediatez, su asombro, su sana curiosidad, su capacidad de llorar y reír espontáneamente, de soñar”.

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“Detengámonos, pues, a hablar, jugar y reír con nuestros hijos; ¡con paciencia, como saben hacerlo los abuelos! Escuchemos lo que nos dicen y lo que Dios nos dice a través de ellos. Si nos ponemos delante del Niño Jesús y en compañía de los niños, aprenderemos a asombrarnos y partiremos más sencillos y mejores, como los Reyes Magos. Y sabremos tener miradas nuevas y creativas ante los problemas del mundo”, ha subrayado Francisco.

Por último, y como de tradición en los últimos Ángelus, el Papa ha dejado algunas preguntas para los fieles congregados en Plaza San Pedro: “Durante estos días, ¿nos hemos detenido a adorar, hemos hecho un espacio para Jesús en silencio, rezando delante del pesebre? ¿Hemos pasado tiempo con los niños, hablando y jugando con ellos? Y por último, ¿somos capaces de ver los problemas del mundo a través de los ojos de los niños? Que María, Madre de Dios y nuestra, aumente nuestro amor al Niño Jesús y a todos los niños, especialmente a los probados por las guerras y la injusticia”.

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