Francisco pide "confiarnos a María" cuando "nos cueste elegir el bien": "Ella está con nosotros en la lucha"

Durante el rezo del Ángelus en el Día de la Inmaculada, el Papa recuerda el significado de "la identidad más verdadera de María": "Llena de gracia y vacía de pecado"

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Que la Inmaculada nos ayude a preservar del mal nuestra belleza”. Con estas palabras para felicitar el día de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco ha recordado durante el rezo del Ángelus de este 8 de diciembre, que el ángel Gabriel llama a María por un nombre nuevo que ella no conocía: “llena de gracia”.

Llena de gracia, y por tanto vacía de pecado, “es el nombre que Dios le da y que hoy nosotros celebramos. Pero pensemos en el asombro de María: solo entonces ella descubrió su identidad más verdadera. En efecto, al llamarla por ese nombre, Dios le revela su mayor secreto, que hasta entonces había ignorado”, ha destacado el Papa.

Por eso, a nosotros también nos puede pasar algo parecido: “Nosotros, pecadores, hemos recibido un don inicial que ha llenado nuestra vida, un bien mayor que todo, una gracia original, de la que, sin embargo, a menudo no somos conscientes”. Se trata de aquello que recibimos el día de nuestro Bautismo, y que por eso “es bueno que lo recordemos, ¡y también que lo celebremos!”, ha invitado el Santo Padre.

Francisco pide confiarnos a María cuando nos cueste elegir el bien: Ella está con nosotros en la lucha


En nosotros hay un bien mayor

“Hoy, María, sorprendida por la gracia que la hizo bella desde el primer momento de su vida, nos lleva a maravillarnos de nuestra belleza. Podemos captarlo a través de una imagen: la imagen de la túnica blanca del Bautismo; ella nos recuerda que, por debajo del mal con el que nos hemos manchado a lo largo de los años, hay en nosotros un bien mayor”, ha dicho. De esta forma, “cuando las cosas no vayan bien y nos desanimemos, cuando nos abatamos y corramos el riesgo de sentirnos inútiles o equivocados, pensemos en esto, en la gracia original”.



Además, Francisco, ha subrayado la importante enseñanza del pasaje evangélico: “Conservar nuestra belleza acarrea un costo, una lucha. De hecho, el Evangelio nos muestra la valentía de María, que dijo "sí" a Dios, que eligió correr el riesgo de Dios; y el pasaje del Génesis, relativo al pecado original, nos habla de una lucha contra el tentador y sus tentaciones”. Pero también lo sabemos por experiencia: “Cuesta elegir el bien, custodiar el bien que llevamos dentro. Pensemos en cuántas veces lo hemos malgastado cediendo a la atracción del mal, actuando de modo astuto para nuestros propios intereses o haciendo algo que contaminaría nuestro corazón; o incluso perdiendo el tiempo en cosas inútiles y perjudiciales, aplazando la oración y diciendo «no puedo» a los que nos necesitaban y, sin embargo, podíamos”.

Pero frente a todo esto, hoy tenemos una buena noticia: “María, la única criatura humana sin pecado de la historia, está con nosotros en la lucha, es nuestra hermana y sobre todo nuestra Madre. Y nosotros, a quienes nos cuesta elegir el bien, podemos confiarnos a ella”.


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