Última visita del Papa en su viaje apostólico a África: Isla Mauricio

El Papa concluyó el domingo su jornada en Antannarivo -Madagascar- y este lunes le espera el pueblo de la Isla Mauricio

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El Papa Francisco ha concluido el domingo 8 de septiembre su jornada en Antannarivo -Madagascar-.  Una jornada intensa, iniciando con la Misa, la visita a la Ciudad de la Amistad, un encuentro con los trabajadores y por último con los obispos de Madagascar. Este lunes 9 de septiembre comienza su visita a Isla Mauricio.

En la homilía de la Eucaristía, dedicó unas palabras a los presentes y dijo que es urgente que triunfe el espíritu de hermandad. El Señor quiere liberarnos de una de las peores esclavitudes “el vivir para sí”. Hay que mirar a nuestro alrededor, “a los muchos hombres y mujeres, jóvenes y niños que sufren y están totalmente privados de todo”: “esto no pertenece al plan de Dios”, dijo el Pontífice en la Santa Misa.

Francisco marcó la urgencia de aceptar la invitación de Jesús a dejar que el espíritu de hermandad triunfe en este mundo, “para que cada uno pueda sentirse amado, comprendido, aceptado y valorado en su dignidad”. El hilo conductor de la homilía fueron las exigencias del seguimiento de Jesús. Una tarea “no fácil”, dijo el Papa, pero que “tiene sentido a la luz del gozo y la fiesta del encuentro con Jesucristo”.

Papa visita la Ciudad de la Amistad: la pobreza no es una fatalidad

El Santo Padre visitó la obra misionera del padre Pedro Opeka: la comunidad Akamasoa construida encima de un basurero como signo de esperanza en medio de la pobreza y la destrucción. Francisco agradeció a todos por esta impresionante labor de dignidad humana y alentó a los jóvenes "a no bajar nunca los brazos ante la pobreza, ya que ser pobre no es una fatalidad, siempre hay esperanza", dijo.

La comunidad Akamasoa, una obra fundada en 1.989 por el padre Pedro Opeka, sacerdote argentino, miembro de la Congregación de la Misión (padres vicentinos-lazaristas), quien trabaja en Madagascar desde hace más de 30 años.

Oración del Papa: la alegría de ganarse el pan que se comparte

En la cantera de Mahatazana de Antananarivo, el Santo Padre rezó una oración por los trabajadores, y pidió a Dios Padre por ellos para que les conceda la fortaleza del alma y la salud del cuerpo a fin de que no sean esclavos del peso de su oficio.

Papa a los consagrados: Derrotar al mal espíritu en su propio terreno

La última actividad pública del Santo Padre en Madagascar fue su encuentro con los sacerdotes, consagrados y seminaristas en el Colegio San Miguel de Antananarivo. El Papa recordó a todos los sacerdotes, consagradas y consagrados que no pudieron viajar por un problema de salud, el peso de los años o por alguna complicación.

Por otra parte el Obispo de Roma consideró que muchas veces es posible “caer en la tentación” de pasar horas hablando de los “éxitos” o “fracasos”, de la “utilidad” de las acciones, o la “influencia” que puedan tener. Lo que suele conducir a soñar con planes apostólicos “expansionistas, meticulosos y bien dibujados, pero propios de generales derrotados” que terminan por negar su historia, al igual que la de su pueblo, “que es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio y la constancia en el trabajo

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