¿Qué pasaría si los cardenales eligen a un Papa que esté fuera de la Capilla Sixtina?: los requisitos para ser Pontífice
Sería raro y es muy difícil que suceda, pero no sería la primera vez y el Vaticano tiene todo previsto por si ocurre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ser varón, estar bautizado en la fe católica y no estar casado, esos son los únicos requisitos que el Derecho Canónico establece para convertirse en Sumo Pontífice, no hace falta ni ser cardenal, ni obispo, ni siquiera ser sacerdote. La ordenación en todas estas jerarquías eclesiásticas se harían inmediatamente después de que el elegido aceptara el papado. Esto es pura teoría, en la práctica, siempre suele ser uno de los cardenales electores el que sale elegido. Pero existe la posibilidad y también los antecedentes, así que el Vaticano tiene previsto un protocolo por si eso ocurriera.
Lo primero que hay que decir es que sería muy difícil que un laico fuese Papa, porque uno de los cargos del sucesor de Pedro es el de obispo de Roma y para ser obispo se necesita tener más de 35 años y ser sacerdote durante más de 5. Así que, aunque el derecho canónico no lo explicita, para ser Papa parece lógico que haya que cumplir, al menos, los requisitos para ser obispo y, por lo tanto, también los necesarios para ser sacerdote, que implican tener estudios de teología. Así que, pudiendo descartar la elección de un laico, el primer problema es que, lógicamente, si el elegido no es un cardenal elector, no estaría en la Capilla Sixtina, así que habría que ir a buscarlo.
Eva Fernández ha contado en 'La Tarde de COPE' con Pilar García Muñiz cómo es ese proceso: "hay una persona, que es el sustituto de la Secretaría de Estado, el cardenal Peña Parra, que sería el encargado de ir secreta y sigilosamente a buscar al que ha sido elegido, llevarle a la Capilla Sixtina y ahí preguntarle si acepta o no la posición como Papa". Si eso ocurriera, evidentemente aumentaría mucho el tiempo que tardaríamos en ver la fumata blanca y en conocer al nuevo Papa.
la última vez fue hace 500 años
Que se dé una situación similar es altamente improbable y, como explicaba José Luis Restán en el mismo espacio, las veces que ha ocurrido han sido en contextos muy diferentes, "dramáticos, momentos de crisis". De hecho, hace casi exactamente 5 siglos desde que esto no ocurre, fue con el caso de Adriano VI, un Papa muy vinculado a nuestro país.
Fue en enero del año 1522, una época en la que Europa estaba sumida en pleno enfrentamiento religioso por la protesta luterana. Fue sin duda una de las mayores crisis que ha tenido la Iglesia a lo largo de sus dos milenios de Historia. En el cónclave de aquel año, se buscaba elegir un pontífice con la capacidad de hacer frente a este intento de secesión en el núcleo de la Iglesia Católica. En aquel momento, el Colegio Cardenalicio constaba de 49 cardenales, pero solo acudieron 39, entre ellos los dos favoritos, ambos italianos, Farnese y Medici.
En los primeros escrutinios no fue posible llegar a un acuerdo y, Medici propuso un candidato alternativo que no estuviera en la Capilla, así se eligió a Adriano VI. El cardenal flamenco era de Utrecht, en el Flandes español y era un enemigo acérrimo de la reforma de Martín Lutero. No tenía demasiado interés en el cargo y por eso no acudió al Cónclave. Se había quedado en España donde estaba ocupándose de la regencia de Castilla y de la rebelión comunera contra el rey Carlos I, muy centrado en su rol como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Germánico. Tardaron casi tres meses en comunicarle formalmente su elección. Desde aquel momento tan complejo, no hemos vuelto a vivir una situación parecida.
¿Y si no es obispo?
Timothy Radcliffe con el Papa Francisco
En este Cónclave está votando el cardenal Thimoty Radcliffe, que no es obispo, porque lo rechazó cuando se lo propuso Francisco. Aceptó entrar al Colegio Cardenalicio si le dejaban mantener su vestimenta como dominico y no tener que asumir la de un cardenal. Si Radcliffe fuese elegido, tendrían que ordenarle obispo en la misma Capilla Sixtina, una de las razones por las que el Cónclave se desarrolla en un lugar consagrado.