El papel del Vaticano en el campo humanitario y sanitario que lleva a la Santa Sede a ser Observador de la OMS

La preocupación por los más desfavorecidos, por el cuidado del planeta o por una humanidad fraterna y solidaria han marcado buena parte de la agenda de Francisco estos años

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La Asamblea Mundial de la Salud ha reconocido de manera formal a la Santa Sede como Observador en la Organización Mundial de la Salud (OMS), como Estado No Miembro Observador. Decisión que se ha adoptado tras la resolución presentada por Italia.

La resolución, copatrocinada por 71 países de todas las áreas geográficas, prevé la alineación del estatus de la Santa Sede con el de la OMS con el que fue reconocido por las Naciones Unidas en 2004. Se trata de un reconocimiento del papel desempeñado por la Santa Sede en los campos humanitario y sanitario, especialmente en los países en desarrollo y en la lucha contra la pandemia.

A continuación, recordamos algunas de las acciones llevadas a cabo por el Vaticano en el campo humanitario y sanitario en los últimos años, durante el Pontificado del Papa Francisco.

‘Querida Amazonía’: proteger a los indígenas de la corrupción y la esclavitud

En febrero de 2020, justo antes de que estallara la pandemia, el Papa Francisco presentó en Roma el documento 'Querida Amazonia', una Exhortación Apostólica postinodal.

El texto original se hizo en castellano porque la mayoría de los indígenas de la zona hablan este idioma. Es un documento que sale de un sínodo de obispos que se reunieron del 6 al 27 de octubre de 2019, y al que asistieron un total de 185 obispos de la zona y de otros lugares del mundo, junto a expertos del área y 55 auditores que representaban a los grupos indígenas que asistieron. 'Querida Amazonia' es una carta de amor del Papa a esa región de la Tierra, por lo que supone. Francisco lo cuenta en forma de cuatro sueños:

- Social: subraya que un verdadero enfoque ecológico es también un enfoque social. No se puede hablar de conservar el medio ambiente sin proteger la calidad de vida de los indígenas, y se refiere a los crímenes que han vivido a esos pueblos, sujetos a la esclavitud por poderes externos y locales, lo que deriva en injusticias, asesinatos, corrupción... Por ello el Papa propone como solución crear redes de solidaridad, el compromiso político, el sentido comunitario y establecer un marco de diálogo social en torno a la Amazonia.

-Cultural: no se puede colonizar culturalmente a la Amazonia. No hay que hacer que la cultura sea homogénea, porque es una visión consumista del ser humano. Por ello, el Papa recuerda recuperar la conciencia del pueblo al que pertenecemos.

- Ecológico: combinar el cuidado del medio ambiente con el de las personas. Hay una relación estrecha entre el ser humano y la naturaleza en la Amazonia. El desarrollo ha de ser sostenible.

- Eclesial: el Papa sueña con una Iglesia un rostro amazónico.


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La encíclica Laudato si’: la obligación del Hombre a cuidar la naturaleza

Laudato si' es el título de la segunda encíclica, presentada el 18 de junio de 2015. Un documento que se centra en el planeta Tierra como lugar que el Hombre debe cuidar y defender, en lo que se refiere a naturaleza o vida animal, entre otros.

En uno de los apartados, ‘Sobre el cuidado de la casa común’, el Papa Francisco realiza una crítica del consumismo y el desarrollo irresponsable con un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada para combatir la degradación ambiental y el cambio climático.

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Seis años después, el Pontífice anunciaba, el pasado 23 de mayo, la puesta en marcha de la Plataforma Laudato si’, un recorrido de siete años para asumir un estilo de vida sostenible por parte de las familias, a las comunidades parroquiales y diocesanas, las escuelas y las universidades, los hospitales, las empresas, los grupos, los movimientos, las organizaciones o los institutos religiosos.

La encíclica ‘Fratelli tutti’: una aspiración mundial a la amistad social

Se trata de la tercera encíclica del sucesor de Pedro, que fue firmada en la localidad italiana de Asís el 3 de octubre de 2020, víspera de la memoria de San Francisco de Asís.

En el texto, Francisco pretende promover una aspiración mundial a la fraternidad y la amistad social. El texto destaca que la fraternidad debe promoverse no solo con palabras, sino con hechos; hechos que se concreten en la “mejor política”, que es aquella que no está sujeta a los intereses de las finanzas, sino al servicio del bien común, capaz de poner en el centro la dignidad de cada ser humano y asegurar el trabajo a todos, para que cada uno pueda desarrollar sus propias capacidades.

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La encíclica trata cuestiones como la imprescindible ética que ha de desarrollarse en las relaciones internacionales, dado que los derechos no conocen fronteras; la necesaria también colaboración internacional para abordar la cuestión de los migrantes desde una perspectiva a largo plazo, y no solo atendiendo a las cuestiones urgentes; el desarrollo de una política centrada en la dignidad humana, que caiga en la cuenta de que el mercado por sí mismo no lo resuelve todo; la crítica al relativismo moral y la propuesta de un verdadero diálogo, capaz de promover una amistad cívica; la cuestión de la paz, el fracaso de la guerra y la necesidad de respetar siempre la sacralidad de la vida; y por último, la necesidad de garantizar la libertad religiosa como derecho humano fundamental.

Las vacunas anticovid, accesible a todos

Desde que la pandemia alteró nuestro día a día, hace algo más de un año, la Santa Sede ha puesto su mirada en los colectivos más vulnerables y castigados por el virus, entre ellos los ancianos, nuestros abuelos. Por ello, en abril de 2020, en pleno confinamiento, el Vaticano publicó un documento que arrojaba mucha luz sobre la situación que están viviendo las personas mayores: "La vida del anciano vale como la de cualquier otro".

El responsable del departamento de niños, los ancianos y las personas con discapacidad de este dicasterio, Vittorio Scelzo, relataba entonces cómo el Papa Francisco siempre ha remarcado la dignidad de su vida, también antes del coronavirus.

Por otro lado, el Santo Padre siempre ha reclamado que las vacunas han de ser accesibles para todos, sin distinción entre países pobres y ricos. Un hecho que, por desgracia, no se está produciendo. Sin embargo, en el Vaticano sí que se están administrando las vacunas a los colectivos más vulnerables. Sin ir más lejos, el 29 de mayo, el Aula Pablo VI fue el lugar donde un total de 300 personas recibieron la segunda dosis de la vacuna.

Un total de 1.800 personas han sido protegidas del coronavirus gracias a esta iniciativa, muy deseada por el Papa Francisco. "Son personas de la calle, de las distintas residencias, los que no tienen derecho a ser vacunados en Italia", explicó el cardenal Konrad Krajewski, limosnero del Papa, encargado de gestionar esta iniciativa.

"Terminamos así este momento de gracia para estos "invisibles" de la ciudad, que en realidad son bastante visibles", reiteró el purpurado indicando que "cuando las vacunas estén disponibles para el libre comercio, entonces empezaremos de nuevo". Por el momento, solo los Estados pueden comprar vacunas y la Limosnería Apostólica del Vaticano se está movilizando por la vía diplomática para poder ayudar a los países más pobres y a los que más necesitan las dosis, especialmente en África y Asia.

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