El papel del camarlengo: certificar la muerte de un Papa o jefe Vaticano hasta la elección de nuevo Pontífice

El camarlengo es el máximo representante de la Iglesia cuando hay sede vacante en el Vaticano por la muerte o renuncia de un Papa: ¿qué pasos debe dar cuando fallece un Pontífice?

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Este martes, 10 de agosto, se nos ha ido a los 94 años el cardenal Eduardo Martínez Somalo, natural de La Rioja. nacido en Baños de Río Tobía en 1927, fue camarlengo de la Iglesia Católica entre 1993 y 2007, al cumplir 80 años. Tras la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, Martínez Somalo ostentó el gobierno en funciones de la Santa Sede por su condición de camarlengo, hasta que fue elegido, 17 días más tarde, Benedicto XVI como nuevo obispo de Roma y Sucesor de Pedro.

Para muchas personas, incluso católicas, es desconocido la responsabilidad de ser camarlengo de la Iglesia, por lo que en Aleluya trataremos de explicarlo de la manera más clara posible.

¿Qué representa el camarlengo en la Iglesia Católica?

Como definición, se podría definir al camarlengo como el cardenal que preside la Cámara Apostólica; tiene la función de administrar el tesoro pontificio, certificar la muerte del Papa y convocar al cónclave para elegir sucesor. Un cargo que desde el 14 de febrero de 2019 desempeña el cardenal Kevin Farrell.

Además, el camarlengo es la figura que encabeza la Iglesia Católica cuando la sede está vacante por la muerte o la renuncia de un Papa, hasta que sea elegido un nuevo Sucesor de Pedro en el cónclave.

Su escudo de armas está compuesto por un capelo cardenalicio de color rojo, al que complementan quince borlas del mismo color a cada lado, dispuestas en cinco órdenes. En el momento en el que la sede está vacante, el camarlengo pone sobre su capelo dos llaves cruzadas, una de oro y la otra de plata (conocidas como las llaves del Reino de los Cielos).

El papel del camarlengo una vez fallece el Papa

Una de las principales funciones del camarlengo es certificar el fallecimiento de un Pontífice. El procedimiento comienza cuando esta figura se sitúa al lado del lecho de muerte del cadáver, llama a este con su nombre de pila y apellidos en un total de tres ocasiones y con tres minutos de diferencia entre ellas.

A continuación, ha de golpear suavemente la cabeza del Santo Padre fallecido. Es en ese momento cuando es declarado muerto, siendo el camarlengo a quien corresponde retirarle del dedo el anillo del Pescador, siempre en presencia de los cardenales. Dicho anillo se procede a su destrucción con un martillo, junto con el sello oficial de plata del Pontífice. Con estos gestos se simboliza el final de un Pontificado.

El protocolo concluye con el camarlengo cerrando los aposentos privados del Papa, también en presencia de los cardenales prefectos y del secretario de Estado. Una vez se produce este momento trascendente, es cuando se procede a informar de la muerte del Santo Padre a los principales mandatarios de la curia romana, junto al decano del Colegio de Cardenales y al vicario general de Roma. Es este último quien lo da a conocer al resto de la sociedad.

Una vez se ha informado a la población de la muerte del máximo representante de la Iglesia Católica, corresponde al camarlengo iniciar los preparativos de las exequias y llamar a cónclave por parte del decano del Colegio Cardenalicio. Hasta que no se elige un nuevo Papa, el camarlengo ejerce como jefe del Estado del Vaticano en funciones, pero sin poder de decisión o hacer nombramientos.

A lo largo de la historia, hasta tres camarlengos han sido elegido Papa: Cosimo Gentile Migliorati (Inocencio VII en 1404); Gioacchino Pecci (León XIII en 1878) y Eugenio Pacelli (Pío XII, 1939).

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