El Papa, a los indígenas en Canadá: "Me siento parte de vuestra familia"

En su última jornada en el país, Francisco dice que regresa a casa "mucho más enriquecido" por unas personas y pueblos "que me han marcado"

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El Papa Francisco concluye este viernes, 29 de julio, su «peregrinación penitencial» a Canadá. La última jornada transcurre entre Québec e Iqaluit.

En Québec, donde a primera hora de la mañana hora local, ha mantenido el tradicional encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús presentes en el país, Francisco se ha reunido en el arzobispado de la ciudad con una nueva delegación indígena. «Realmente puedo decir que, durante mi visita, fueron sus realidades, las realidades indi?genas de esta tierra, las que visitaron mi alma; entraron en mi? y siempre me acompan?ara?n. Me atrevo a decir, si me lo permiten, que ahora, en cierto sentido, yo tambie?n me siento parte de vuestra familia, y me siento honrado», les ha dicho.

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Un largo camino de sanación

Al igual que en los encuentros de días anteriores, el Santo Padre ha aludido en su intervención al «largo camino de sanación y reconciliación» que hay por delante y que «estamos afrontando juntos». Tras recordar que ha acudido como «amigo», «hermano» y «peregrino», y con un «espíritu penitencial», asegura que en estos días ha podido «ver, escuchar, aprender y apreciar cómo viven» los indígenas, y expresarles «el dolor que llevo en el corazón por el mal que no pocos cato?licos les causaron apoyando poli?ticas opresivas e injustas».

«He venido como peregrino, con mis limitadas posibilidades fi?sicas —añade—, para dar nuevos pasos adelante con ustedes y para ustedes; para que se prosiga en la bu?squeda de la verdad, para que se progrese en la promocio?n de caminos de sanacio?n y reconciliacio?n, para que se siga sembrando esperanza en las futuras generaciones de indi?genas y no indi?genas, que desean vivir juntos fraternalmente, en armoni?a».


El Papa ha elogiado el «sentido de familiaridad y de comunidad» de las poblaciones originarias, y ha subrayado la importancia de preservar el vínculo entre jóvenes y ancianos y «custodiar una relación sana y armoniosa con toda la creación».

«Tejer reconciliación»

El Pontífice, por último, ha puesto en valor el papel de las mujeres en el proceso de reconciliación. Y ha puesto a la Virgen, santa Ana y santa Catalina Tekakwitha como modelos de mujeres que pueden ayudar a «volver a tejer una reconciliación que garantice los derechos de los más vulnerables y sepa mirar la historia sin rencores ni olvidos». Las tres, dice el Papa, podrían «haber respondido mal» a los sueños que Dios había impreso en sus almas, o podrían haberse resignado y «permanecer sujetas a las normas patriarcales de su tiempo», pero no lo hicieron, y «con palabras proféticas y gestos resueltos se abrieron camino y cumplieron aquello a lo que habían sido llamadas».


Este ha sido el último acto del Papa en Québec. Tras él, Francisco se ha dirigido al aeropuerto de la ciudad, donde ha embarcado rumbo a Iqaluit, antigua Frobisher Bay, última etapa del viaje. En esta ciudad de poco más de 7.000 habitantes, capital del territorio autónomo de Nunavut, el Santo Padre mantiene un encuentro con los jóvenes y ancianos inuit. Antes se reunirá, de manera privada, con algunos alumnos de escuelas residenciales.


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