El Papa León XIV impulsa el diálogo entre católicos-ortodoxos por los 1.700 años del Concilio de Nicea: “La unidad cristiana será un don del Espíritu”

En un encuentro celebrado este sábado en la Sala Clementina del Vaticano, el Papa León XIV ha recibido en audiencia a los participantes del Simposio 'Nicea y la Iglesia del Tercer Milenio: Hacia la Unidad Católico-Ortodoxa', en la que el Santo Padre ha subrayado que la unidad entre los cristianos no será fruto de estrategias humanas, sino un don del Espíritu Santo recibido "como Cristo quiere y por los medios que Él quiere".

Organizado por el Instituto para Estudios Ecuménicos y la Asociación Internacional Teológica Ortodoxa, el Simposio busca conmemorar el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea y fortalecer el diálogo entre católicos y ortodoxos. León XIV ha calificado el evento no sólo como una mirada al pasado, sino como una "brújula" que guía hacia la plena unidad visible de los cristianos.

“Nicea no es simplemente un concilio del pasado, es el Concilio por excelencia”, ha puntualizado el Papa. “Su confesión de fe, proclamada por los 318 Padres, sigue siendo la norma de nuestra fe común: en la Trinidad, en Cristo verdadero Dios y verdadero hombre, en la Iglesia, el bautismo, la resurrección de los muertos y la vida eterna”.

el Papa lamenta que las divisiones en los calendarios litúrgicos impidan celebrar juntos la “Fiesta de las fiestas”

El Pontífice ha mostrado su esperanza de que este aniversario impulse una nueva mirada sobre las diferencias doctrinales que aún separan a las iglesias. “Estoy convencido de que, volviendo juntos a Nicea, podremos comprender mejor el misterio que nos une”.

Otro eje central del Simposio fue la sinodalidad, una práctica que, según Robert Prevost, fue inaugurada precisamente en el Concilio de Nicea y debe ser recuperada hoy en día para tratar asuntos teológicos y canónicos a nivel universal. Además, ha señalado que la participación de representantes de diferentes Iglesias en el reciente Sínodo sobre la sinodalidad fue un impulso positivo para desarrollar formas ecuménicas auténticas de consulta y discernimiento.

Respecto a la fecha común de la Pascua, el Papa lamenta que las divisiones en los calendarios litúrgicos impidan celebrar juntos la “Fiesta de las fiestas”, y reitera la disposición de la Iglesia Católica para encontrar una solución compartida, que respete los principios del Concilio de Nicea y permita a todos los cristianos proclamar juntos la resurrección del Señor.