El llanto de una monja al recordar cómo 'Sendero Luminoso' asesinó a 200 niños indígenas: "Murieron tantos..."

La Hermana Delfina relata cómo el fundador del grupo terrorista, Abimael Guzmán, la engañó para obtener información sobre la congregación y secuestrar a los menores

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El terrorista peruano Abimael Guzmán, fundador del grupo ‘Sendero Luminoso’ y que falleció el pasado 11 de septiembre a los 86 años, fue responsable de la muerte de un total de 35.000 personas entre los años 1980 y 2000.

A raíz de su muerte, son muchos los testimonios de personas que relatan hasta donde puede alcanzar la crueldad del ser humano. Una de las religiosas que conoció al terrorista fue la Madre Delfina, perteneciente a la congregación de las Franciscanas de la Inmaculada Concepción. Fue en la época en la que ‘Sendero Luminoso’ secuestró y asesinó a más de 200 niños indígenas.

Al ser preguntada por la figura de Abimael Guzmán no puede evitar llorar: “Murieron tantos niños. No me haga contar del tema de los niños porque los niños han muerto a montones, han muerto cantidad de niños. Todos los días los enterrábamos, todos los días de dos en dos”, se lamentaba entre lágrimas. Luego, explicó cómo conoció al terrorista: “Él me dijo ‘venga hermana, te voy a dar la gaseosa. ¿Y cuántas hermanas son, de qué congregación eres, y esa casa donde vives es del gobierno? Le dije todo porque de dónde iba a saber qué clase de hombre era”, comentaba la Madre Delfina, que servía en la casa misión Santa Teresita, en la localidad amazónica de Puerto Ocopa.



Con la información obtenida gracias a la monja, Abimael Guzmán llevó al albergue un profesor de educación física y, un miércoles en 1982, los terroristas de ‘Sendero Luminoso’ secuestraron a todos los niños que eran atendidos allí por las religiosas.

“Estaban toditos los niños formados y una madre se paraba ahí para hacerlos rezar. Entonces la madre entró y yo también. Salí y no había nadie. Corrí preguntando dónde están. Seguro que los narcos los llevaron. Ojalá no les vayan a hacer nada a los niños. Nos fuimos hasta el (río) Perené y silencio, no había nadie”, relata.

Tassara recuerda en su informe que los terroristas forzaban a las religiosas y a los sacerdotes a hablar bien de ‘Sendero Luminoso’ pero, como rechazaban hacerlo, empezaron a asesinar a los niños asháninkas (la etnia más grande de la Amazonía) que tenían secuestrados.

“Mucha pena tengo por los asháninkas, donde estén, me acuerdo de ellos”, dijo la Madre Delfina. “No nos podemos olvidar”, agregó la religiosa.

No hubo supervivientes de los 200 niños secuestrados y asesinados por ‘Sendero Luminoso’. La religiosa recuerda que cuando los terroristas llegaban a la zona, el único lugar al que no entraban era la iglesia, y allí escondía a los pobladores para protegerlos. En la casa misión hay ahora 200 cruces sobre las tumbas donde fueron sepultados los pequeños asesinados por el grupo terrorista.

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