Las joyas arquitectónicas y de temática religiosa de Kiev que podrían verse en jaque por la invasión de Rusia
Kiev es el gran objetivo militar de Putin. Las bombas podrían afectar a un sinfín de edificios de la capital del país, entre ellos monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad
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La invasión militar de Rusia a Ucrania cumple una semana. El asedio ha empujado al mayor éxodo de refugiados en 75 años. 874.000 personas, más de la mitad niños, han huido a países vecinos y se prevén cuatro millones. La vida se ha vuelto peligrosa para la población civil.
La ciudad de Jersón ha sido ya tomada por los rusos y también por el norte, en Járkov, el ejército de Putin lanzaron un ataque con paracaidistas. Precisamente en esta última ciudad han golpeado varias escuelas y la Catedral de Asunción.
Se trata del principal templo ortodoxo de la ciudad hasta principios del siglo XX, cuando finalizó la Catedral de la Anunciación. Construida a mediados del XIX su campanario, que tiene noventa metros de altura, es de inspiración neoclásica. Durante el régimen soviético, la iglesia fue cerrada, y sus cúpulas derribadas en 1929. Fue restaurada a fines de la década de los setenta.
Y es que como en toda guerra, poco importa el patrimonio cultural y religioso de la zona atacada. Por desgracia, lo único importante es acabar con el enemigo, sea como sea. De esta manera, el patrimonio religioso también están en jaque como consecuencia de la invasión rusa. Buena parte de este patrimonio se encuentra en Kiev, el gran objetivo de Putin. ¿Cuáles son los principales edificios religiosos más emblemáticos de Kiev que podrían estar en jaque por la guerra?
Edificios religiosos de Kiev
La Catedral de Santa Sofía
se trata de uno de los edificios más emblemáticos de Kiev y el primero en ser inscrito en la UNESCO. En 2007 también fue elegida como una de las Siete Maravillas de Ucrania. Su construcción comenzó en el siglo XI recordando con su nombre a la Catedral de Santa Sofía de Constantinopla para ser el lugar de enterramiento de los gobernantes medievales de Kiev.
Durante la Revolución Rusa de 1917, con motivo de la campaña antireligiosa soviética, se planteó destruir la catredral y transformarla en parque en honor a los integrantes del Ejército Rojo en la Guerra Civil Rusa en Crimea. Finalmente no fue así, pero en 1934 el monumento fue confiscado por las autoridades soviéticas y la designaron como un museo arquitectónico e histórico.
El complejo actualmente permanece como un museo del Cristianismo de Ucrania, siendo la mayor parte de sus visitantes turistas. Desde el Vaticano, ya se ha pedido a Rusia no destruir Santa Sofía.
Monasterio de las Cuevas
En el siglo X el monje Antonio decidió levantar una comunidad religiosa en unas cuevas a orillas del Dniéper. Aquella primera congregación levantó múltiples templos y otros edificios religiosos hasta conformar lo que es hoy este monasterio. De hecho, en sus límites alberga hasta una catedral, dedicada a la Asunción (o Dormición, según el credo ortodoxo) que se reconstruyó tras la II Guerra Mundial. Por su parte, las catacumbas y las cuevas, de donde toma el nombre el complejo, siguen siendo un testigo de piedra de aquella época primitiva. Todo el conjunto es hoy Patrimonio de la Humanidad.
Monasterio de San Miguel de las cúpulas doradas
Sin duda, es una de las joyas arquitectónicas que puedes disfrutar en Kiev. Un templo donde lo que sobresale son sus cúpulas doradas y el color azul de sus muros, característica de las iglesias ortodoxas.
El conjunto está formado por el monasterio, y se completa con el Refectorio de San Juan Divino y la Puerta Económica o campanario, ambos edificios añadidos en el siglo XVIII. Si por fuera representa un ejemplo de arquitectura barroca ucraniana, su interior mantiene el estilo bizantino primitivo, con mosaicos, frescos y el iconostasio dorado que separa el altar de la parte central del templo.
La Iglesia de San Andrés y Palacio de Mariyinski
Es en la colina Andriyivska de Kiev donde, según la fe cristiana, el apóstol Andrés erigió una cruz en el siglo I y profetizó que se levantaría una gran urbe. Por este motivo, 17 siglos después, la emperatriz Isabel I de Rusia decidió levantar en este espacio una iglesia con la que acompañar la construcción de su palacio Mariyinski.
Un templo que brilla con luz propia por haber sintetizado el diseño de todo el complejo, proyectado por Bartolomeo Rastrelli, y por la esbeltez de su planta y sus torres, a lo que se unen la belleza de su decoración barroca.
