El proyecto 'cristiano' que hubiera cambiado el sentido del Coliseo de Roma para siempre

De haber salido adelante el proyecto, el sentido de uno de los monumentos más representativos de la Ciudad Eterna hubiera dado un giro de 180 grados

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¿Sabías que en una ocasión hubo un proyecto para construir en el Coliseo de Roma una iglesia dedicada a los mártires cristianos? Finalmente nunca pudo llevarse a cabo. De haber salido adelante, el sentido de uno de los monumentos más representativos de la Ciudad Eterna hubiera dado un giro de 180 grados.

Fue el arquitecto Carlo Fontana quien impulsó el proyecto en el siglo XVII, llegando incluso a crear una maqueta con el diseño. Una idea que se publicó ya una vez fallecido en el volumen que Fontana, uno de los grandes artífices de la Roma barroca, dedicó al Coliseo. Su proyecto consistía en erigir un templo centralizado, con torres a los lados y pórtico que se haría encajar en un extremo del óvalo, que a su vez se convertiría en una plaza porticada.



Si bien es cierto que este templo hubiera dado una dimensión más cristiana al Coliseo, la realidad es que el vínculo entre la Fe y el anfiteatro construido en el siglo I por el Imperio Romano viene de muchos siglos atrás. El idilio que comenzó allá por el año 523, una vez se prohibieron los espectáculos de gladiadores y fieras por ser considerado sangrientos, cuando se procedió a la construcción de una iglesia en el interior, empleando el subsuelo como un cementerio.



Via Crucis del Viernes Santo

Además, cada Viernes Santo, se rememora a los mártires cristianos con la ceremonia del Vía Crucis presidida por el Papa. Una tradición que comenzó con el Pontífice Benedicto XIV, quien consagró el Coliseo Romano en el siglo XVIII.

Fue después de que el Santo Padre observara el valor histórico del teatro y sentir tristeza por ver en lo que se convirtió con el paso de los siglos. Por ello, en 1749, ordenó la restauración del Coliseo romano.

Sin embargo, aquella tradición que se mantiene en la actualidad ha tenido a lo largo de la historia altos y bajos, ya que durante buena parte del siglo XIX, no se celebró en el Coliseo este homenaje a los mártires los Viernes Santo. Aquello se retomó ya en 1964. En este caso fue el Papa Pablo VI quien acudió al anfiteatro para presidir el rito y, desde entonces, todos los años acude el sucesor de San Pedro.

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