Perú: El vicariato de Puerto Maldonado pide el cese de la violencia

Los disturbios por la destitución y encarcelamiento del presidente Castillo llegan a la jurisdicción del dominico español David Martínez de Aguirre

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El vicariato apostólico de Puerto Maldonado, en la provincia de la Madre de Dios, ha pedido el cese de los enfrentamientos entre peruanos, después de que en las últimas horas se hayan registrado importantes disturbios en esta zona de la selva peruana. Los hechos de violencia han tenido lugar en el marco de las movilizaciones y paros convocados para protestar por la destitución y posterior encarcelamiento, el pasado mes de diciembre, del presidente Pedro Castillo, después de que este intentara cerrar el Congreso.

La crisis política que vive Perú desde entonces ha causado ya la muerte de cerca de cincuenta personas, casi todos seguidores de Castillo. Estos piden la renuncia de su sucesora, Dina Boluarte, y la convocatoria de nuevas elecciones. La jornada más violenta hasta la fecha tuvo lugar en Juliaca, departamento de Puno, el pasado 9 de enero, cuando la policía disparó con fuego real contra las varias miles de personas que intentaban tomar el aeropuerto, matando a 17 de ellas. Los manifestantes, por su parte, acabaron con la vida de un policía, al que quemaron vivo en su vehículo. La Conferencia Episcopal ha condenado la violencia, venga de donde venga.

Los enfrentamientos de este 12 de enero en Puerto Maldonado han dejado decenas de heridos después de que partidarios y detractores de Castillo se hayan enfrentado en las calles con piedras y palos. El puente Billinghurst ha estado bloqueado por los manifestantes durante varias jornadas.

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Las protestas deben ser pacíficas

El vicariato manifiesta en una nota su solidaridad con las víctimas y sus familias, y piden a las autoridades competentes que investiguen y sancionen a los responsables de la violencia. Recuerda, asimismo, que la protesta es «un derecho constitucional», pero que este debe ser ejercido de forma pacífica y respetando los derechos de los demás, su integridad física y sus propiedades.

La sede que pastorea el obispo español David Martínez de Aguirre llama a los poderes públicos a hacer cumplir la ley, pero actuando siempre desde «la legalidad y proporcionalidad» en el uso de la fuerza.

«Rechazamos cualquier intento de defender la patria, la justicia o la paz, a través de la violencia y la agresión física o verbal. En este sentido, exhortamos al cese de la enfrentamientos entre ciudadanos», dice la declaración, que insiste en la «necesidad de crear espacios de diálogo» para salir de esta «profunda crisis política».

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El obispo David Martínez (Vitoria, 1970) es dominico. Llegó a Puerto Maldonado como misionero en el año 2000. Sacerdote desde 1999, el Papa Francisco lo nombró obispo coadjutor de vicariato en 2014, sustituyendo al anterior obispo, el también dominico Francisco González, en junio de 2015. Desde 2020 ejerce también como vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). En la Conferencia Episcopal Peruana preside la Comisión de Misiones y Pastoral Indígena. El Papa Francisco visitó Puerto Maldonado en 2018.


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