Luis Marín de San Martín: "El Sínodo ha tenido una gran participación, pero todavía tenemos que avanzar"

A finales de mes se publicará el Documento de la fase continental, fruto de las síntesis enviadas por las Iglesias locales: "Las mujeres y los laicos en el centro"

Vatican News

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En el Ángelus del 16 de octubre, el Papa Francisco anunció el "desdoblamiento" de la Asamblea Sinodal en dos momentos, en 2023 y 2024. En conversación con los medios vaticanos, Sor Nathalie Becquart y Monseñor Luis Marín de San Martín, los dos subsecretarios de la Secretaría General del Sínodo, han comentan la decisión del Pontífice y, recién llegados de los encuentros con expertos en Frascati, han explicado el trabajo que ha llevado a la redacción del Documento para la fase continental que se publicará "a finales de mes", fruto de las síntesis de las Iglesias locales: "Una gran participación, pero todavía tenemos que avanzar".

Según Nathalie Becquart, “el Papa Francisco dijo que la sinodalidad necesita tiempo, dos sesiones ayudan a su maduración. El propósito de este Sínodo es la conversión sinodal de la Iglesia, por lo que un año no es suficiente y quizás ni siquiera dos, pero ciertamente un tiempo prolongado puede ser útil para “hacer más” del proceso”. El arzobispo español ha querido matizar que el Papa ha prolongado “la Asamblea de Obispos”, no el Sínodo, “porque el Sínodo ya ha empezado, ya estamos participando en él”.



“No debemos tener prisa y tomar decisiones inmediatamente, es un proceso en el que la voz del Espíritu habla al pueblo de Dios. Es un tiempo para dialogar y compartir, y para poner en común la diversidad de experiencias y sensibilidades en la Iglesia para enriquecer nuestras propias realidades”, ha subrayado Luis Marín.

Según la amplia participación de los fieles y de las diócesis y si esto ha influido en la decisión del Papa, Becquart ha admitido que “casi todas las Conferencias Episcopales tuvieron una consulta sinodal […] debemos seguir escuchando la diversidad del pueblo de Dios y desarrollar el caminar juntos. Digamos que la Iglesia todavía está aprendiendo la sinodalidad, estamos al principio”. Marín ha admitido que la respuestas en las Conferencias Episcopales “fue amplía”, pero “si vamos al nivel de las parroquias, encontramos las lagunas: no todos han respondido, algunos párrocos tienen un poco de miedo, no saben qué hacer. Pero, como hemos dicho, es un proceso”.

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Entre las expectativas de los fieles en cuanto a los resultados del proceso sinodal se encuentra una mayor participación de las mujeres y de los laicos y también el hecho de que la Iglesia esté más presente y en diálogo con el mundo.

Becquart cree que “la sinodalidad es una llamada a la Iglesia de hoy para que sea más inclusiva y dé más espacio a todos […] el tema de las mujeres, por ejemplo, es muy fuerte en todas partes del mundo, también el de los laicos, la diversidad, la minoría, las personas que se han sentido más marginadas, por ejemplo, las personas con discapacidad”. “La palabra clave de la sinodalidad es reciprocidad, circularidad, fraternidad”, ha dicho la subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo.

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El arzobispo español ha confirmado que “a finales de este mes” publicarán el documento de la fase continental, fruto de las síntesis enviadas por las Iglesias locales: “En el documento dejamos hablar a las Iglesias locales. El Sínodo es un proceso circular: escuchamos la palabra del pueblo de Dios y ahora devolvemos esta palabra a las Iglesias locales. Las síntesis enviadas no acabarán en las estanterías, nos centramos en las particularidades continentales que son una riqueza para toda la Iglesia. Así que estamos en un punto de partida, no de llegada”.

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