Los misioneros españoles asesinados por defender su fe

El salesiano César Fernández es el último de una lista de misioneros españoles asesinados en el extranjero

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Al padre César Fernández le sacaron del coche en el que viajaba junto a dos compañeros para asesinarle, como ha explicado uno de sus amigos, Faustino García, en el 'Fin de Semana' de COPE: “Le sacaron del vehículo, lo apartaron a una foresta y lo mataron, parece que dos tiros en el estómago y otro en la cabeza”. 

El asesinato del misionero salesiano en Burkina Faso, a manos de los terroristas radicales de Boko Harames el último de una lista de crímenes cometidos contra los misioneros españoles que llevan su fe, su esfuerzo y su generosidad a todos los rincones del planeta.

Una generosidad que mantuvieron hasta el final los Mártires de Bugobe, los cuatro Hermanos Maristas asesinados en la República Democrática del Congo, por aquel entonces llamada Zaire, el 31 de octubre de 1996. Los hermanos Miguel Ángel Isla Lucio, Servando Mayor García, Fernando de la Fuente y Julio Rodríguez Jorge se encontraban en el campo de refugiados de Nyamirangwe, en plena Guerra del Congo, cuando un grupo de rebeldes ruandeses se hizo con el control del campo. 

Mantuvieron a los cuatro religiosos secuestrados en su tienda, acusándolos de espías. Poco después, los asesinaron a tirosLas palabras de Servando Mayor poco antes de su muerte aún impresionan: “Se han marchado del campo de Nyamirangwe todas las personas. Estamos solos. Esperamos un ataque de un momento a otro. Si esta tarde no volvemos a telefonear será una mala señal. Lo más probable es que nos quiten la radio y el teléfono. La zona está muy agitada. Los refugiados huyen sin saber a dónde y es muy notaria la presencia de infiltrados y de personas violentas”. 

El padre Isidro Uzcudun, asesinado en Ruanda

 EFE

Precisamente en Ruanda, fue asesinado en el año 2000 el misionero vasco Isidro Uzcudun, natural de Pasaia, y que llevaba 35 años en la misión diocesana de Mugina. El padre Uzcudun fue asesinado en su casa por tres individuos que le robaron antes de quitarle la vida. En su último telegrama, días antes de su muerte, se expresaba así: "Estoy bien, sentimientos muy pesimistas sobre la situación y el porvenir de Ruanda".

El misionero Ignacio García Alonso

 

En 2004, también en Burkina Faso, como el padre César Fernández, fue asesinado el misionero Ignacio García Alonso. Como explicó hace unos meses su amiga Cristina López Schlichting con motivo del día del DOMUND, Ignacio fue un hombre que dio la vida por los demás:

"Ignacio era un hombre de metro setenta, 55 años, muy delgado, sencillo, divertido. Era el menor de nueve hermanos y de niño había sido monaguillo en su pueblo, Pedrosa del Río Urbel, que tiene 260 habitantes censados. Cuando tenía 13 años, un religioso de La Salle habló en su escuela y pidió vocaciones. Él levantó la mano. “No sé por qué lo hice –me confesó- es un misterio. Luego, con el tiempo, fui desbrozando la llamada (dijo desbrozando, fíjate qué bonita palabra). Fui eligiendo esto día, a día, porque esto es día a día ¿sabe? Como el matrimonio”. Ignacio tenía una forma natural y campesina de exponer las cosas.

Ocho años más tarde, metida ya en las lides de la radio en COPE, un titular me golpeó el alma: “Asesinado a machetazos un misionero burgalés en Burkina Faso”. No quería creerlo y, además -me agarré a un clavo ardiendo- no era el mismo país. Comprobé los datos, el nombre coincidía, Ignacio García Alonso. La letra pequeña explicaba que se había trasladado de Níger a Burkina Faso, que estaba dirigiendo una escuela y un plan de formación agrícola para jóvenes. Era él. Ignacio había tenido que expulsar a un chico que había robado varias veces. Se sospechaba que alguien de su familia se había vengado. También se precisaba que el cuerpo estaba desfigurado y el cráneo, destruido. Me vinieron a la memoria las palabras que me había dicho:

“Yo estoy donde Cristo me pide que esté. Con sus fuerzas, claro, porque si no, me resultaría imposible”.

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