Las hermanas de la Cruz salen por las calles de Roma para cuidar de los que más sufren el coronavirus

Las hermanas de la orden fundada por Sor Ángela de la Cruz salen a las calles de Roma a cuidar de los ancianos que no tienen nada para comer

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A lo largo de unas calles desiertas de Roma, con los bares y los comercios cerrados, dos hermanas de la Cruz caminan como siempre, en silencio, aunque ahora llevan mascarillas y guantes de látex. Llevan también un certificado del Ministerio del Interior italiano que justifica que van a asistir a los ancianos que no tienen para comer y no se pueden asear solos. “Si no vamos nosotras, ¿qué sería de ellos?, comentan al semanario Alfa y Omega. 

Las hermanas de la orden fundada por Sor Ángela de la Cruz siguen cumpliendo sin aspavientos su tarea de atender a los más necesitados, también en medio de la pandemia. Se dedican a los más desamparados, aquellos  a los que no llega la red asistencial visible: los vagabundos, los que están en situación irregular, los ancianos abandonados…

Su labor comenzó en 1875 en un corral de vecinos de una calle de Sevilla, hecha de humildad, abnegación y, sobre todo, de mucho amor.Esta orden de sabor inequívocamente español, está también en la Ciudad Eterna desde hace 56 años. Allí forman la comunidad siete monjas españolas, aunque ahora mismo solo están cinco porque las otras dos viajaron a Sevilla para realizar unos ejercicios espirituales y no han podido volver debido al confinamiento.

Sor Ángela de la Cruz marcó la impronta de un servicio humilde y silencioso, volcado en los más desfavorecidos. El lema que sintetiza su carisma es «Haciéndose pobre con el pobre para llevarlo a Cristo», y es lo que siguen haciendo, ser presencia de Cristo que acaricia a los más abandonados, también la ciudad de Roma, golpeada por la pandemia.  

 


 

 


 

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