Informe anual de la Iglesia católica belga: Sacerdotes mayores y descenso de la asistencia a misa

El estudio señala que casi todas las iglesias parroquiales de Flandes se usan ocasional o regularmente para actividades no litúrgicas

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La Iglesia católica belga ha publicado esta semana su informe anualcorrespondiente a 2021, un año marcado todavía por la pandemia, que condicionó y lastró celebraciones y actividades. A diferencia del anterior, el trabajo de este año sí incluye cifras sobre la práctica religiosa, aunque no se pueden extraer de ellas grandes conclusiones toda vez que en el primer semestre de 2021 en el país seguían vigentes medidas restrictivas para las reuniones presenciales. En la próxima recopilación de datos —se indica— se podrá evaluar si el nivel de práctica religiosa ha vuelto al nivel previo a la crisis sanitaria.

«A medida que las restricciones desaparecían, veíamos lo felices que eran las personas de fe al reunirse de nuevo, al poder estar cerca», explica en la presentación de los datos el cardenal Jozef De Kesel, presidente de la Conferencia Episcopal. «Este informe —añade— se refiere a todas esas personas, voluntarios y profesionales, laicos, sacerdotes y religiosos, en parroquias y otras comunidades, en prisiones, hospitales y escuelas, al servicio de los pobres, los desplazados y los refugiados. Juntos forman la Iglesia y también construyen la Iglesia del mañana».

Sacramentos

En Bélgica se administraron en 2021 un total de 36.834 bautismos (de ellos, 162 a adultos), 41.751 primeras comuniones y 35.783 confirmaciones. Hubo, asimismo, 4.032 matrimonios religiosos, en tanto que 48 matrimonios fueron declarados nulos. El dato más sorprendente es el que dice que solo el 37% de los fallecidos a lo largo del año solicitaron un funeral religioso. El trabajo señala también que hubo 5.237 ciudadanos que pidieron darse de baja en la Iglesia y ser borrados de los registros de bautizados.

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La participación en la Eucaristía dominical se ha reducido. En el tercer domingo de octubre fueron a misa 166.785 personas, casi 80.000 menos que el mismo domingo de 2019, antes de que se desatara la pandemia. El número de fieles en la misa de la última Navidad fue de 347.229.

Un 20% de personal extranjero

La Iglesia belga cuenta con 3.660 parroquias, que son atendidas por 1.975 sacerdotes diocesanos. El clero belga es de avanzada edad: más de la mitad de los presbíteros (el 52% exactamente) supera los 75 años. Bélgica es un país con una gran variedad de nacionalidades, y eso se refleja también en su Iglesia. «De los 2.299 “ministros del culto” (sacerdotes, diáconos, asistentes parroquiales, agentes pastorales…) hay 465 extranjeros de 55 comunidades diferentes», señala el informe, que detalla que la gran mayoría del personal llegado de fuera es congoleño (178), francés (42), polaco (23), italiano (20) e indio (14). Un sacerdote extranjero, el nigeriano Enmanuel Ikeobi, de 43 años y llegado al país en 2017, es desde junio del año pasado el vicario episcopal del vicariato de Anvers.

Esta presencia plurinacional hace que en bastantes parroquias se celebre la Eucaristía por grupos lingüísticos. Los más representados son el polaco (en 16 parroquias), tagalo (14), español (13), italiano (9), ucraniano (8) e inglés (8).

Gestión de las iglesias

El informe explica que en la Iglesia belga se están buscando «nuevos caminos», por ejemplo, en el ámbito de la ecología o de la gestión del patrimonio. Con respecto al patrimonio, se indica que cuando en una iglesia parroquial esta es demasiado grande para la comunidad local, se le da un uso secundario. «Cuando no hay actividades religiosas en la iglesia, otras organizaciones pueden hacer uso del edificio, por ejemplo, para los ensayos de un grupo de teatro o música o como aula adicional para la escuela local. Casi todas las iglesias parroquiales de Flandes se utilizan ocasional o regularmente para actividades no litúrgicas».

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Un total de 107 iglesias de Flandes están abiertas a actividades religiosas de otras comunidades religiosas católicas o cristianas. El número de templos con un «uso secundario compartido» asciende a 202, y 564 las iglesias con un «uso multifuncional»

Dar visibilidad a la acción de la Iglesia

El informe comienza con un apartado dedicado a la atención que la Iglesia y sus organizaciones —Cáritas, parroquias, voluntarios…— dispensaron a los damnificados de las graves inundaciones acaecidas en el país los días 14, 15, 16 de julio de 2021. Otro capítulo está dedicado a la innovación, a la puesta al día tecnológica que —se reconoce— ha llegado de manera «acelerada» a parroquias, comunidades, congregaciones debido a las limitaciones presenciales que ha acarreado de la pandemia.

Catherine Chevalier, teóloga de la Universidad Católica de Lovaina y miembro del comité directivo del informe, ha afirmado que la Iglesia, al estar en parte financiada con fondos públicos, «considera que es su deber informar de lo que está haciendo, hacer visible su acción». «Al mismo tiempo, esta es una oportunidad para mostrar que la Iglesia no es solo el domingo o los sacramentos. Está comprometida con una gran diversidad de lugares y su acción es muy amplia», señala.

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