Así relataba el soldado Bañados el fusilamiento de Joan Alsina, el cura catalán víctima de Pinochet

El 19 de septiembre de 1973 Alsina fue ejecutado tras el golpe de Estado. En 1967 se desplazó hasta Chile para formarse como misionero, donde se acercó a la realidad obrera

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Este martes, 19 de septiembre, se cumple medio siglo de la ejecución en Chile del sacerdote catalán Joan Alsina, víctima de régimen de Augusto Pinochet, que apenas ocho días antes había protagonizado el Golpe de Estado en el país sudamericano. Su cercanía con la gente, especialmente con los colectivos más débiles hizo que no tuviera prensa en el Gobierno autoritario del dictador chileno.

El 16 de septiembre de aquel 1973, una patrulla militar allanó el Hospital San Juan de Dios, en la que fueron detenidos siete empleados. Joan Alsina no se encontraba allí, pero los militares preguntaron por él. A su regreso, le aconsejaron que buscara refugio en la embajada de España. Pero Joan optó por continuar con sus labores: “Hay momentos en la vida en que hay que jugarse el todo por el todo y si me necesitan allá estoy”, afirmaba en aquellos delicados momentos.

Tres días más tarde, un grupo de efectivos militares pertenecientes a un Batallón del Regimiento Yungay de San Felipe allanó el hospital. En esta ocasión el sacerdote español sí que se encontraba en el interior, siendo detenido y trasladado al Puente Bulnes, donde sería fusilado.

El testimonio del verdugo de Joan Alsina

Su verdugo fue Nelson Bañados, soldado de 18 años que lo asesinó cumpliendo órdenes del coronel Mario Caraves. El joven militar incluso relató cómo se produjo el fusilamiento del religioso catalán: “Salimos del Barros Arana. Mi capitán conducía y yo iba atrás con Juan. Juan iba esposado y muy pensativo. No me dijo ni una palabra durante el trayecto ni me dio ningún trabajo cuidarlo. Iba calladito nomás. Él sabía que lo íbamos a matar porque en el Barros Arana se lo habíamos comunicado. Al llegar al puente Bulnes, mi capitán frenó, y yo, como lo hacía con cada uno de los que fusilaba, me bajé, saqué a Juan del furgón y fui a vendarle los ojos”, explicaba Bañados.

En el momento en el que iba a ser vendado los ojos, Joan Alsina pidió al soldado que no lo hiciera, bajo el argumento de que prefería ver la cara de su verdugo “para darte el perdón”, continuaba explicando el soldado: “Fue muy rápido. Recuerdo que levantó su mirada al cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón y movió los labios como si estuviera rezando y dijo: "Padre, perdónalos..." Yo le disparé la ráfaga y cayó al tiro. Quería dispararle con la pistola pero lo hice con la metralleta para que fuera más rápido”, recordaba.

El día 27 de septiembre de 1973, el cuerpo de Alsina fue encontrado en el Servicio Médico Legal para ser sepultado al día siguiente en el Cementerio Parroquial de San Bernardo. Tenía solo 31 años.

La vida de Joan Alsina

Joan Alsina era hijo de José y Genoveva, una familia cristiana que vivía en Castellón de Ampurias, en Gerona. Tras sus estudios en el seminario, fue ordenado sacerdote el 30 de agosto de 1966. Su esperanza era poder ser misionero: “Siento que Dios me llama para ir a misiones y quiero prepárarme bien”, explicaba a sus más allegados.

Para continuar con esa formación misionera, se trasladó hasta Chile el 30 de enero de 1967 para vivir en una comunidad de sacerdotes catalanes en la comuna de San Bernardo. En 1972 comenzaría a trabajar en el hospital San Juan de Dios, lo que le permitió acercarse a los trabajadores y débiles de la sociedad. Fue en aquellos años cuando Alsina comprobó las desigualdades existentes en la Chile de los sesenta y setenta. Fue en su etapa en el hospital donde le pilló el Golpe de Estado de Pinochet.

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