La sorprendente historia de Jude Mckenna: El fraile misionero que hace judo

El religioso capuchino de 84 años ha pasado más de 50 como misionero en Zambia. Japón le ha premiado con su mayor distinción por enseñar judo en África

Redacción religión

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Las relaciones de tres países y tres culturas tan distintas como Irlanda, Zambia - en África - y Japón se hacen realidad a través de un deporte, el judo, y una persona, un fraile de 84 años. Es la historia de fray Jude Mckenna, un religioso capuchino irlandés de 84 años, que ha pasado más de medio siglo de misión en el país del centro-sur africano. Allí, además de sus tareas de evangelización, ha podido enseñar este arte marcial a todo el mundo.

El fraile ha dado décadas de su vida a los demás en el corazón de África. Esta entrega ha estado marcada por las dos cosas que más le apasionan: su vocación y el judo. En ese tiempo, ha podido hasta fundar el Lusaka Central Sports Club en Lusaka, capital de Zambia, para el aprendizaje del judo. "He entrenado a huérfanos, niños de la calle, gente rica, negros y blancos durante 50 años",explica el propio Mckenna en el Belfast Telegraph. Tanto es así, que es expresidente de la Federeación de Judo de Zambia y vicepresidente de la Unión Africana de Judo.

El fraile capuchino que recibió el mayor honor de Japón

Esta labor le ha valido el mayor reconocimiento de Japón: la Orden del Sol Naciente, firmada con su sello por el propio emperador Naruhito.La embajadora de Japón en Irlanda, Mari Miyoshi le entregó el galardón como reconocimiento por su excepcional contribución al refuerzo de las relaciones bilaterales y a la promoción de la amistad entre Japón y Zambia a través del judo. La ceremonia se celebró en la sede de la embajada, en Oakfield, Dublín.

Este fraile judoka de Belfast, Irlanda, ha recibido el honor más grande del país nipón por lo que ha conseguido a través de este deporte. Este galardón premia "a la gente que ha hecho una contribución significativa a la difusión de la cultura japonesa", afirma. Para el propio sacerdote, el judo es "uno de los mayores regalos que ha hecho Japón al mundo del deporte y es uno de los deportes más grandes del mundo".

La Orden del Sol Naciente es un regalo "inesperado" para Mckenna. Y es que, se trata de uno de los mayores honores que concede esta potencia asiática, reservado sólo para aquellos que hayan fortalecido relaciones con Japón. Estuvo en este país hasta en tres ocasiones durante su etapa como misionero en Zambia entre 1996 y 2017. En esos tres momentos, el judo le cautivó como deporte, ya que, antes de eso, el fraile era un gran aficionado al boxeo.

La vocación de un fraile judoka

Fray Jude se encuentra hoy en Dublín por los problemas de visión que padece. A pesar de esta afección, se mantiene vinculado al judo a sus 84 años. Desde su retorno a la capital de Irlanda, Fray Jude ha apoyado y también ha sido invitado de honor en algunos eventos locales de judo.

Su vocación a la vida consagrada y misionera está ligada a la estrecha relación que mantiene con su hermano gemelo, Brian. Ambos lo hacían todo juntos. Incluso, estudiaron teología y se acabaron ordenando y uniendo a la Orden de los Capuchinos, hace alrededor de 60 años.

La única vez en la que les tocó separarse fue cuando se les asignaron los destinos de misión. Brian recibió California, Estados Unidos, mientras que Jude se marchó a Zambia, en África. El interés de Jude por el judo comenzó a partir de otro deporte que también le apasionaba: el boxeo. Aseguró que "solía boxear" en su juventud, en los años 50, "cuando era un joven loco".

Jude siempre tuvo claro que Dios le llamaba y decidió tomárselo en serio. Mientras llevaba a cabo su discernimiento, el deporte le acompañaba. "Después de dejar el colegio, pasé cinco años discerniendo y confirmando que era eso lo que quería. Entretanto, hacía deporte, jugaba al cricket, al fútbol y practicaba el boxeo", cuenta.

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