El patrón de los estudiantes podía volar: esta es la razón por la que aprobaba sus exámenes

Este viernes 20 de junio terminan las clases y llegan las notas, es momento de rezar a San José de Cupertino

Ana Palacios de Elías

Madrid - Publicado el

2 min lectura

San José de Cupertino fue un franciscano del siglo XVII, famoso por sus casos de levitación, es decir, podía volar. Fue un hombre muy sencillo y humilde, y es el patrón de los estudiantes, aunque nunca fue precisamente el mejor estudiante. También es patrono de viajeros en avión, trabajadores de la aviación, astronautas y discapacitados psíquicos. 

Nació en una familia muy pobre, de echo tuvo que nacer en un cobertizo porque habían expulsado a sus padres de su casa por la cantidad de deudas que acumulaban. 

APROBÓ SU EXAMEN PORQUE NO LE PREGUNTARON

A los 17 años, le expulsaron de los capuchinos, porque siempre estaba distraído, y se le caían y olvidaban las tareas. Le acogió temporalmente un pariente, que nuevamente le echo de casa porque decía que no era bueno para nada. 

Lo intento con los franciscanos, y esta vez si, encontró su lugar, convirtiéndose en alguien amable, humilde y trabajador. En 1625, por votación unánime, lo aceptaron como religioso franciscano a los 22 años.

San José de Cupertino es el patrón de los estudiantes porque aunque era muy malo con los estudios logró ordenarse sacerdote porque cuando llegó el momento de examinarse, el obispo no le hizo las preguntas, pensando que estaría tan bien preparado como los otros de su clase. 

EL SANTO QUE VOLABA

Es famoso por sus casos de levitación.  Caía en éxtasis constantemente y en ocasiones sus hermanos lo vieron levitar.

Tales episodios extraordinarios no escaparon a la Inquisición de Nápoles, que lo convocó para tratar de comprender si el joven de Cupertino abusaba de la credibilidad popular o no. Justo delante de los jueces alineados en el Monasterio de San Gregorio Armeno, José tuvo una levitación. Por lo tanto, fue absuelto de todos los cargos

Falleció el 18 de septiembre de 1663, a la edad de 60 años. Benedicto XIV lo beatificó en 1753, mientras que Clemente XIII lo proclamó santo el 16 de julio de 1767.

 Hoy, las reliquias de sus restos descansan dentro de una urna de bronce dorado, en la cripta de la Iglesia de Osimo, dedicada a él. También se ha erigido un santuario en su honor en Cupertino, sobre el establo donde nació. Los estudiantes con dificultades se dirigen a él, recitando esta oración:

Oh, san José de Cupertino, amigo de los estudiantes y protector de los examinadores, te vengo a invocar para que me des tu ayuda.

Ya sabes, por tu propia experiencia,cuánta ansiedad y dificultad acompaña al esfuerzo del estudio y también lo fácil que es caer en los peligros del cansancio intelectual y del desánimo.

Tú, que fuiste asistido prodigiosamente por Dios en estudios y exámenes para la admisión a las órdenes sagradas, pídele al Señor su luz para mi mente y su fuerza para mi voluntad.

Tú que experimentaste tan concretamente la ayuda maternal de Nuestra Señora, Madre de la Esperanza, intercede por mí, para que pueda superar fácilmente todas las dificultades en los estudios y exámenes. Amén.